La petición de RTVE de una auditoría sobre el televoto del Festival de Eurovisión 2025 ha contado poco a poco con un respaldo mayoritario entre otras emisoras públicas europeas, poniendo en cuestión el sistema de votación y solicitando un debate y cambios para que el certamen tenga todas las garantías.
En esta ocasión, la petición viene de Noruega. La emisora pública NRK ha contactado formalmente con la Unión Europea de Radiodifusión (UER-EBU) para solicitar una revisión del sistema de votación.
En declaraciones del editor de entretenimiento Charlo Halvorsen, la cadena noruega entiende que la confianza de la votación del Festival de Eurovisión “está siendo cuestionada” ante una evidente discrepancia entre jurados nacionales y televoto. Más aún cuando ha trascendido que Israel utilizó publicidad institucional para movilizar un voto masivo en la gran final de la edición de 2025.
“Es grave que exista alguna duda de que el resultado de la votación refleje la opinión pública. No podemos tenerlo así. Por lo tanto, apoyamos una revisión exhaustiva del sistema de votación para garantizar que se mantenga la confianza en la competición”
Charlo Halvorsen, editor de entretenimiento de NRK
De esta manera, NRK quiere participar en el debate dentro de la UER con el objetivo de proponer mejoras para recuperar la confianza en la votación y en el formato. Todo ello para “lograr una competición lo más justa posible, de acuerdo con las intenciones y directrices de Eurovisión”, subraya Halvorsen.
Hasta este momento, las emisoras públicas RTVE (España), VRT (Bélgica), YLE (Finlandia), AVROTROS y NPO (Países Bajos), RÚV (Islandia), RTVSLO (Eslovenia), RTÉ (Irlanda) y NRK (Noruega) han expresado públicamente su descontento con el sistema de votación del Festival de Eurovisión pidiendo el desglose del televoto junto a un debate en la UER sobre la participación de Israel.
La organización de Eurovisión defiende el sistema de votación: “Es el más avanzado del mundo”
Tras la petición de varias emisoras solicitando un debate, la respuesta de la UER, organismo responsable del Festival de Eurovisión, no se hizo esperar. En un comunicado remitido a las cadenas públicas solicitantes, la organización subrayó que la votación para elegir al ganador del certamen cuenta con un sistema que “es el más avanzado del mundo”, tal y como avanzaron desde EFE.
A pesar de la petición de RTVE solicitando el desglose de la distribución de los votos españoles, donde se han sumado otros países como Bélgica, Finlandia o Islandia, desde la UER pone el foco en que todos los resultados son verificados para descartar patrones de votación sospechosos.
“Los resultados de cada país son revisados y verificados por un amplio equipo de personas para descartar cualquier patrón de votación sospechoso o irregular”
Martin Green, director del Festival de Eurovisión.
Martin Green, director del Festival de Eurovisión, confirma que siguen en contacto directo con la emisora española desde la gran final del sábado 17 de mayo tras la polémica de la votación.
Recordemos que al día siguiente de la celebración del certamen europeo, la cadena pública española anunció que iban a solicitar una auditoría para esclarecer cómo se gestionó el televoto nacional en la final de Eurovisión 2025, que otorgó los 12 puntos a la representante de Israel.
“Podemos confirmar que hemos estado en contacto con RTVE y otras emisoras desde la gran final del sábado con respecto a la votación en el concurso. Ahora que el evento ha concluido, mantendremos un amplio debate con las emisoras participantes para reflexionar y obtener comentarios sobre todos los aspectos del evento de este año como parte de nuestro proceso de planificación para la 70º edición del Festival de Eurovisión del próximo año”
Martin Green, director del Festival de Eurovisión
La decisión llegó tras el análisis del informe recibido por parte de la organización, donde se detalla que RTVE recogió un total de 142.688 votos, desglosados en 7.283 llamadas, 23.840 SMS y 111.565 votos a través de internet. Así, buscan el desglose total de cuántos votos recibió cada país participante. un dato clave que, según consideran, debería estar disponible para garantizar la confianza en el sistema.