La televisión pública danesa DR ha revelado el nuevo código de banderas de Eurovisión 2025, al que ha tenido acceso en exclusiva. El reglamento, que introduce importantes novedades, se aplicará en la próxima edición del festival que se celebrará en mayo en Basilea, Suiza.
Las nuevas normas introducen cambios especialmente para los participantes, a los que endurecen las condiciones, ya que solo podrán salir al escenario con la bandera de su país en cualquier evento de la UER, incluido el desfile de banderas al inicio de la gran final. Sin embargo, para el público sí que se flexibilizan las prohibiciones del pasado año.
Prohibición a los artistas participantes de portar otras banderas: La organización les proporcionará las banderas para el desfile
En el desfile de banderas de la gran final de Eurovisión, uno de los momentos más importantes del certamen, muchos artistas han aprovechado en los últimos años para reivindicar diferentes causas luciendo diferentes banderas, además de la del país al que representan.
Bajo el pretexto de la UER de “evitar los mensajes políticos en el certamen”, los artistas de las 37 delegaciones participantes tendrán prohibido en Eurovisión 2025 lucir cualquier bandera que no sea la del país al que representan. Esta nueva política está diseñada “para crear claridad y equilibrio”.
Y para garantizarse que se cumple la norma, la propia SRG SSR, emisora suiza organizadora de Eurovisión 2025, será la encargada de entregar las banderas a los representantes durante el desfile, evitando así que se cuele cualquier referencia a ninguna causa.
El ganadore del año pasado Nemo, consiguió colar una bandera del orgullo no binario en el desfile de banderas, a pesar de que se repitió a los artistas que no tenían permiso para sacar una bandera diferente a la de su país.
La UER advierte en las normas además a aquellos artistas que no lo respeten, que su bandera será confiscada y dejan en el aire la frase “se podrían aplicar consecuencias adicionales” sin especificar a que se refieren, dejando claro que no quieren que llegue ese caso y que las delegaciones actúen “de buena fe”.
Se rebaja la presión a los asistentes en vivo
En la pasada edición de Eurovisión, el tema de banderas fue uno de los más polémicos. Ante las protestas contra la participación de Israel y la presumible proliferación de banderas palestinas, la UER tomó medidas drásticas y prohibió cualquier bandera diferente a los países participantes o la bandera LGTBIQ+.
Esta prohibición llegó al extremo de confiscar banderas del orgullo no binario, banderas de países no participantes en Eurovisión o incluso no llegar a permitir banderas de la propia Unión Europea en el Malmö Arena. Algo que la propia Comisión Europea calificó de “lamentable”.
Suiza como país anfitrión valora enormemente “la libertad de expresión” y por tanto dejará que los asistentes al St. Jakobshalle asistan con banderas de todo tipo, incluyendo las banderas de los diferentes orgullos, además de banderas de países que no compitan en Eurovisión, incluida por supuesto la bandera de Palestina, prohibida el año pasado.
Las banderas de la discordia: una historia que viene de largo
El tema de ondear banderas que no están permitidas viene de largo en la historia de Eurovisión. Dos de los casos más recordados y polémicos más recientes fueron uno en 2016 cuando Iveta, la representante de Armenia ese año, recibió una reprimenda por parte de la UER por lucir la bandera de la región de Nagorno-Karabaj en la semifinal. Región que está en conflicto con sus vecinos de Azerbaiyán.
El otro caso, muy recordado por los seguidores del certamen se dio en 2019. El festival se celebraba en Israel y la televisión islandesa acabó con una gran multa gracias a sus representantes Hatari que mostraron una bandera palestina al recibir los votos del televoto, recibiendo una sonada pitada en el estadio.
Basilea, sede de Eurovisión 2025: repasa todos los detalles de la 69º edición
En 2024, Nemo con su «The Code» se alzó con el micrófono de cristal en el Malmö Arena, desde ese momento varias ciudades suizas entraron en la carrera para albergar Eurovisión 2025. Finalmente, la elegida fue Basilea.
La ciudad suiza será el epicentro de la música al albergar la 69º edición del certamen europeo. Basilea calienta los motores para ofrecernos un espectáculo a la altura. Eurovisión 2025 tendrá lugar en el St. Jakobshalle de Basilea el 13, 15 y 17 de mayo.
El proceso de elección fue calificado desde la UER como “competitivo” donde cuatro ciudades se postularon oficialmente a ser sede del evento. Finalmente, la terna se redujo a Basilea y Ginebra. Finalmente, Basilea, la tercera urbe más poblada de Suiza, será la ciudad anfitriona del Festival de Eurovisión 2025.
Durante el proceso de licitación, un equipo delegado de la SRG SSR examinó las instalaciones del lugar, la infraestructura local y la capacidad para albergar a miles de delegaciones visitantes, entre otros criterios.
Como curiosidad, el Festival de Eurovisión vuelve a apostar por una ciudad que no es capital del país anfitrión, algo que no ocurre desde Lisboa 2018.
Además, desde la organización, avanzan que las entradas saldrán a la venta en los próximos meses. Por su parte, la ciudad pondrá en marcha un “programa integral de acompañamiento” con actuaciones especiales de estrellas eurovisivas en el Arena Plus y además la Eurovision Street que ya planteó Malmö (Suecia) en 2024 se hará realidad. El espacio se instalará Steinenvorstadt y a lo largo de Kleinbasel Rheinbord.
Finalmente, el St. Jakobshalle ha sido el recinto elegido por la ciudad para acoger Eurovisión 2025. Se trata de un espacio multiusos con capacidad para 12.400 espectadores en directo, cifra que puede variar en función de las necesidades escénicas del evento.
El St. Jakobshalle ofrece las necesidades logísticas y los conocimientos técnicos para poder dar forma a eventos de todo tipo. Cuenta con 20.000 metros cuadrados destinados a acoger cualquier tipo de acontecimiento desde encuentros deportivos, conciertos y exposiciones hasta seminarios y talleres, pasando por grandes celebraciones de empresa. Se le considera el pabellón más versátil de Suiza.
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Desde la UER, Martin Österdahl, supervisor de espectáculos del Festival de Eurovisión, destaca la ubicación estratégica de Basilea convirtiendo la ciudad “en el escenario ideal para un evento que celebra el poder de la música para conectar a las personas a través de las fronteras”.
Como dato, en las anteriores ocasiones en las que Suiza acogió el evento, en 1956 en Lugano, fue en la zona de habla italiana. Por su parte, en 1989, en Lausana, tuvo lugar en la zona de habla francesa. En esta ocasión, en 2025, el concurso se celebrará en la zona de habla alemana.
Eurovisión 2025: la vuelta al origen del festival
Nemo fue le ganadore de Eurovisión 2024 con un total de 591 puntos, tras arrasar en las votaciones del jurado nacional y quedar en 5ª posición en televoto, consiguiendo el récord de ganar el certamen tras quedar en 5ª posición en el televoto. Su victoria le convierte además en le primer representante no binario en llevarse el micrófono de cristal de Eurovisión.
La victoria de Nemo devuelve el certamen de Eurovisión a Suiza 36 años después de la última vez, la tercera en la historia, tras haber conseguido la victoria con Céline Dion en 1988 y en 1956 con Lys Assia, en la primera edición del certamen celebrada también en Suiza.
El certamen europeo tras una edición muy polémica volverá a sus orígenes para celebrar la que será la 69ª edición de Eurovisión, que tendrá lugar el 13, 15 y 17 de mayo de 2025 en el St. Jakobshalle de Basilea (Suiza) presentado por Sandra Studer, Michelle Hunziker y Hazel Brugger.