Melody se despide de Basilea con un sabor agridulce para España. La ilusión inicial por la candidatura de la sevillana con «Esa Diva» ha terminado confirmando los peores augurios, situando a nuestro país en una decepcionante 24ª posición en la gran final celebrada el pasado sábado 17 de mayo en Basilea.
Aunque el espectáculo estuvo a la altura del certamen con una cantante que ejecutó una actuación absolutamente perfecta a nivel vocal y coreográfico, el respaldo internacional ha sido escaso, tanto por parte de los jurados como del televoto.
Pese a ser una propuesta mejorada respecto al Benidorm Fest, Europa ha dado la espalda a Melody, que apenas ha conseguido 37 puntos en total. La actuación, cargada de fuerza escénica y con un mensaje de empoderamiento femenino, no ha logrado enganchar al continente.
Una vez más, España se queda lejos del anhelado top 10 que parece cada vez más inalcanzable y dando la razón a las apuestas que auguraban un desastre de estas características.
Melody y el reto de España de conectar con Europa
Desde que se alzó como ganadora del Benidorm Fest, Melody se ha enfrentado al desafío de representar a España en uno de los escenarios musicales más exigentes del mundo. Con «Esa Diva», una canción pop electrónica con matices flamencos, la artista ha querido transmitir un mensaje de inclusión y reconocimiento a todas las mujeres luchadoras.
Sin embargo, el cambio radical entre la actuación del Benidorm Fest y la propuesta final en Basilea ya generó dudas desde el primer momento. La nueva puesta en escena, más sobria y enfocada en la expresión corporal, no ha logrado el efecto deseado. Aunque ha destacado por su profesionalidad y potencia vocal, Melody no suficiente ni para el jurado ni para el televoto, quedando relegada a las últimas posiciones.
Una puntuación muy por debajo de las expectativas
El balance numérico ha sido demoledor. España sumó sólo 27 puntos por parte de los jurados, recibiendo puntuaciones bajas de países como Albania, Azerbaiyán, Malta, Francia y Suecia. En cuanto al televoto, la respuesta fue aún más fría, con tan solo 10 puntos recibidos, situándose por encima de Suiza, Reino Unido, Dinamarca y Malta.
Con estos resultados, la candidatura de Melody se convierte en una de las menos exitosas de la última década, superada incluso por propuestas como las de Blanca Paloma (2023) y Nebulossa (2024), que ya cosecharon posiciones discretas. La comparación inevitable con el éxito de Chanel en 2022 (tercera posición) pone aún más en evidencia la necesidad de replantear el camino recorrido hasta ahora.
Cambiar a última hora, ¿fue una estrategia acertada?
Uno de los puntos que ha generado mayor debate ha sido la decisión de modificar sustancialmente la propuesta ganadora del Benidorm Fest. Lo que en España funcionó gracias a la energía escénica y al carácter desenfadado de la actuación, en Eurovisión se ha traducido en una propuesta elegante pero menos impactante. La coreografía revisada, la realización contenida y la puesta en escena más sobria no han logrado el esperado efecto internacional.
El ya famoso helicóptero con el pelo, elemento icónico del show, regresó para cerrar la actuación en Basilea. A pesar de este guiño al espectáculo original, no ha sido suficiente para generar el entusiasmo necesario.
Austria conquista Europa, Israel se queda a las puertas
Mientras España naufragaba en la tabla, Austria se alzaba con el Micrófono de Cristal gracias a la impactante actuación de JJ con «Wasted Love». La canción, una mezcla de ópera y pop, deslumbró por su potencia vocal y su puesta en escena, diseñada por el español Sergio Jaén. Con 436 puntos, el austriaco ha evitado por muy poco el triunfo de Israel, que arrasó en el televoto pero no logró imponerse en la suma total.
Esta 69ª edición del certamen no ha estado exenta de polémica, con la participación de Israel como foco de tensión y debate tanto dentro como fuera del festival. A pesar de ello, el espectáculo musical ha mantenido su esencia y ha demostrado, una vez más, que el nivel artístico y la innovación siguen siendo factores determinantes para conquistar a Europa.
La necesidad de una revisión profunda
Con tres años consecutivos en la parte baja del ranking, RTVE tiene ante sí el reto de revaluar su estrategia. El Benidorm Fest nació con la intención de posicionar a España entre los favoritos de Eurovisión, pero los resultados recientes indican que algo no está funcionando. La delegación debe analizar no solo la elección del artista, sino también la coherencia entre la propuesta inicial y su adaptación al formato europeo.
Melody, por su parte, cierra esta etapa eurovisiva con una actuación que, pese al resultado, ha sido aplaudida por todos. Su regreso al festival 16 años después de su primer intento ha supuesto la culminación de un sueño personal. Aunque no ha conquistado Europa, ha demostrado perseverancia, talento y una notable evolución artística. Una actuación sobresaliente que Europa no ha sabido valorar.