Del veto a Serrat y la victoria de Massiel: los momentos más polémicos de la ‘Operación Eurovisión’

Una victoria histórica teñida de polémica: así se gestó el triunfo de Massiel en Eurovisión 1968.

La historia de España en Eurovisión ha estado marcada por la música, el espectáculo… y lamentablemente, la política. Uno de los capítulos más controvertidos fue la participación de Massiel en 1968, que terminó con la primera victoria española en el festival. Pero detrás de ese triunfo se esconde un episodio cargado de tensiones ideológicas, vetos y maniobras diplomáticas marcadas por el veto a Joan Manuel Serrat.

Corría el año 1968. En plena dictadura franquista, España buscaba modernizar su imagen ante Europa y el mundo. La participación en el Festival de Eurovisión era una herramienta propagandística clave. El régimen veía el evento como una forma de proyectar una imagen de país moderno y abierto, alejado de la censura y el autoritarismo que aún definían su realidad política.

En ese clima de tensiones culturales, la elección del representante español para Eurovisión no era una mera cuestión artística. Era también una decisión política, cuidadosamente controlada por el régimen y sus aparatos mediáticos, en especial TVE, la televisión estatal.

Joan Manuel Serrat: de cantante elegido para Eurovisión a acabar vetado

A comienzos de 1968, el cantante catalán Joan Manuel Serrat fue seleccionado para representar a España en el festival con la canción “La, la, la”, una composición de Ramón Arcusa y Manuel de la Calva (el Dúo Dinámico). Sin embargo, Serrat pronto se convirtió en protagonista de una de las controversias más sonadas de la historia eurovisiva española.

El artista exigió cantar la canción en catalán, su lengua materna, como una forma de reivindicar la pluralidad lingüística del país. En una España en la que hablar lenguas distintas al castellano era prácticamente un acto subversivo, esta petición fue vista como una amenaza directa al discurso oficial del franquismo. El régimen, firme en su política de uniformidad lingüística, vetó la actuación de Serrat, lo que generó un enorme escándalo tanto dentro como fuera del país.

Tras el veto a Serrat, el régimen necesitaba una solución urgente. El festival se celebraría en Londres el 6 de abril de 1968, y la renuncia del artista catalán por no permitírsele cantarla en catalán, se produjo tan solo unas semanas antes, por lo que se tuvo que actuar rápido en un cantante sustituto o sustituta para no perder la participación de España en el certamen europeo musical más importante de Europa aquel año.

La rápida sustitución por Massiel: una artista al triunfo

En una operación relámpago optaron por Massiel, una cantante madrileña que se encontraba de gira por América Latina, quién fue contactada y traída de urgencia a España.

En apenas once días, Massiel tuvo que aprenderse “La, la, la”, grabarla, promocionarla y prepararse para competir en uno de los festivales más mediáticos de Europa. Su incorporación fue, para muchos, una maniobra desesperada del régimen para “salvar los muebles”. Sin embargo, la artista no solo cumplió, sino que protagonizó uno de los mayores éxitos de la historia musical española.

Massiel ganó Eurovisión 1968 con 29 puntos, superando por apenas uno al favorito: Cliff Richard, representante del Reino Unido con la canción “Congratulations”. Este resultado fue recibido con euforia en España y usado como un instrumento de propaganda del franquismo, que celebró la victoria como un ejemplo del “progreso cultural del país”.

Un festival cargado de simbolismo

Eurovisión 1968 fue la primera edición retransmitida en color, y la victoria española fue vista por millones de personas. En un contexto internacional marcado por las revueltas del mayo francés, la guerra de Vietnam y el auge de los movimientos contraculturales, la imagen de una joven española cantando una letra simple como “La, la, la” representaba un contraste simbólico entre la apertura que se pretendía mostrar y la represión interna que aún vivía el país.

La victoria se convirtió en un hito cultural, y aunque España repetiría el éxito en 1969 (en un empate cuádruple), la sombra del caso Serrat-Massiel seguiría proyectándose sobre la historia eurovisiva del país.

Las polémicas sobre si fue un triunfo limpio: reacciones y desmentidos

Desde el principio circularon rumores sobre la legitimidad del triunfo. Pero fue en 2008, cuando un documental emitido por TVE y dirigido por Montse Fernández Villa, titulado 1968: Yo viví el mayo español, desató la polémica al sugerir que la victoria fue manipulada por el régimen franquista.

Según el documental, el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, habría ordenado movilizar a diplomáticos y agregados culturales para presionar a los jurados de los distintos países, especialmente aquellos que eran más proclives al Reino Unido. La intención habría sido evitar la victoria británica, justo cuando el régimen de Franco mantenía tensiones con Londres por el conflicto de Gibraltar.

La emisión del documental provocó una ola de reacciones. Massiel fue una de las primeras en salir al paso, negando rotundamente que su victoria hubiera sido fruto de una manipulación y calificando el documental de “basura manipulada”. Otros artistas y expertos también criticaron la falta de pruebas concluyentes en el reportaje, aunque reconocieron que la intervención política en Eurovisión no era un hecho inédito en la historia del festival.

Por su parte, Joan Manuel Serrat reivindicó su decisión de cantar en catalán, aunque también evitó alimentar la polémica sobre la supuesta compra de votos. Su gesto de valentía, sin embargo, quedó como un símbolo de resistencia cultural frente al autoritarismo del franquismo.

Massiel, ¿víctima o beneficiaria?

Una de las cuestiones más debatidas es el papel de Massiel en esta historia. ¿Fue cómplice involuntaria de una operación política? ¿Se benefició de una supuesta compra de votos orquestada por el régimen? La artista ha defendido siempre su triunfo como legítimo y fruto de su talento, carisma y entrega. Es innegable que su interpretación fue potente y que logró conectar con el público europeo.

No obstante, su figura ha quedado ligada para siempre a una operación en la que la música fue solo una parte del espectáculo. Su carrera posterior, lejos de ser impulsada directamente por el régimen, estuvo marcada por momentos de enfrentamiento con el poder, lo que sugiere que no fue una mera “hija del franquismo”.

¿Qué hubiese pasado si Serrat hubiera sido el representante de España?

Es inevitable preguntarse: ¿qué habría pasado si Serrat hubiera sido autorizado a cantar “La, la, la” en catalán? ¿Habría ganado igualmente? ¿Se habría producido un escándalo internacional? ¿Habría sido vetado por los organizadores del festival?

Lo cierto es que, de haberse permitido su actuación en catalán, Eurovisión se habría convertido en una plataforma para visibilizar la riqueza lingüística española. Pero en 1968, eso era algo que el régimen de Franco no podía aceptar. El veto a Serrat no fue solo una decisión artística: fue una declaración política de intolerancia y control.

La historia detrás del micrófono que siempre sembrará la duda

La historia del veto a Serrat y la victoria de Massiel es uno de los episodios más complejos y polémicos de la historia cultural reciente de España. Es una historia que mezcla música, censura, geopolítica, diplomacia y propaganda. También es una historia sobre el poder de la canción como forma de expresión… y como herramienta de manipulación.

Hoy, más de 50 años después, seguimos debatiendo sobre lo que ocurrió en aquella operación Eurovisión de 1968. Lo que está claro es que ni Serrat ni Massiel fueron personajes neutros en esa historia. Ambos representaron, a su manera, los dilemas y contradicciones de una España dividida entre la modernidad y la represión.

Y mientras suenan los ecos del “La, la, la”, resuenan también las preguntas que nunca tendrán una respuesta definitiva: ¿fue un triunfo musical o una victoria política?

La canción: la serie de Movistar Plus+ que revive la misión secreta para ganar Eurovisión

«La canción» es una serie original de Movistar Plus+, con fecha de estreno este jueves 8 de mayo, creada por Pepe Coira y Fran Araújo, y dirigida por Alejandro Marín. La trama sigue a Esteban Guerra (Patrick Criado), un joven ejecutivo de RTVE, quien recibe la misión de hacer que España finalmente gane el Festival de Eurovisión. Sin experiencia musical, se asocia con Artur Kaps (Alex Brendemühl) para encontrar la canción y el intérprete ideales para alzarse con el deseado micrófono de cristal.

Tras superar varios obstáculos, como el conflicto con Joan Manuel Serrat (Marcel Borràs), logran que Massiel (Carolina Yuste) gane con «La, la, la», nuestra primera victoria musical en suelo europeo. La serie, compuesta por tres episodios, cuenta con un reparto destacado, incluyendo a Mariano Peña, Carlos Santos, Laia Manzanares y otros.

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