El pasado 14 de enero, Giuseppe Conte firmó un nuevo decreto ministerial como parte de la respuesta italiana a la tercera ola de la pandemia introduciendo nuevas restricciones con duración hasta el viernes 5 de marzo, entre las que se incluye de manera destacada la prohibición de público presencial en eventos de ocio o deportivos en las regiones marcadas ‘de riesgo alto’, entre las que se incluye la Liguria.
La publicación de este decreto tuvo lugar un solo día después de que Amadeus reafirmara en un programa matinal de radio en RTL 102.5 que no consideraba la posibilidad de tener un evento a puerta cerrada. “Seguimos trabajando de cara al 2 de marzo, debemos estar a la altura de hacer un evento siguiendo todas las reglas sanitarias. Nadie debe estar en peligro, pero nuestra labor continúa siendo realizar un Festival lo más normal posible. No se puede hacer Sanremo sin público”.
Inmediatamente tras su publicación, multitud de nombres cercanos al Festival entendieron que dicho decreto haría inviable la posibilidad de tener un público en el teatro Ariston, sembrando serias dudas sobre los planes ya desarrollados y poniendo sobre la mesa la posibilidad de posponer el evento una segunda vez.
El presidente de ADCI, una asociación que reúne a profesionales del campo de la publicidad y la comunicación de todo el país, Vicky Gitto, fue de los primeros en expresar su descontento con la actuación de RAI instándoles a detener sus planes: “En esta situación […] plantear la hipótesis de un Festival abierto al público, de manera forzada con un crucero, burbujas y tests improvisados nos suena como, para usar un eufemismo, una nota muy discordante. […] No hay ninguna necesidad. Es un programa de televisión, no una actuación de teatro, la presencia de centenares de personas privilegiadas en la platea no añade nada”.
Enzo Mazza, presidente de la Federación de la Industria Musical Italiana (FIMI), publicó posteriormente un tweet explicando su posición. “Entiendo que, con las disposiciones del nuevo Decreto en vigor hasta el 5 de marzo, se descartan eventos como el escenario al aire libre en la Plaza Colombo para conciertos durante la semana de Sanremo, los puestos de radio, las ruedas de prensa en persona, etc.”.
Un asesor del Ministerio de Sanidad italiano, Walter Ricciardi, por su parte, se mostró perplejo ante la insistencia del ente televisivo a acoger un público en RAI Radio 1. “Desde un punto de vista estrictamente técnico y científico es arriesgado, se requeriría un rigor máximo. Tests rápidos, protocolos estrictos sobre el uso de mascarillas, vigilancia continua de la distancia entre asistentes”.
Por último, el redactor del periódico Il Messagero Mattia Marzi añade que no cabe la posibilidad de cancelar el evento por completo. “El Festival tendrá lugar sin duda, RAI no tiene la más mínima intención de rendirse. El año pasado los ingresos derivados del evento llegaron a ser más de 37 millones de euros”.
En respuesta a toda esta especulación, la prensa italiana explicaba que ejecutivos de RAI en su sede de Viale Mazzini convocaron una reunión de emergencia esta mañana para desarrollar la situación acorde a la nueva legislación nacional, dirigida por Amadeus y el director general de RAI Fabrizio Salini.
Finalmente, la televisión pública ha emitido un breve comunicado de prensa esta tarde desmintiendo toda la especulación y reafirmando las fechas de la primera semana de marzo con la presencia de un público limitado. “El próximo Festival di Sanremo tendrá lugar del 2 al 6 de marzo. […] Entre los temas abordados en la reunión se ha tratado el protocolo sanitario y organizativo a seguir para asegurar la presencia del público en el teatro Ariston”.
El pasado 28 de diciembre, el director artístico explicó que los planes para la presencia de un público limitado en el recinto se encuentran en un estado de desarollo avanzado, tras confirmar los reportes de la prensa italiana en las últimas semanas que RAI ha llegado a un acuerdo con la empresa de cruceros Costa Crociere para alquilar su crucero Esmeralda en el puerto de Sanremo durante casi un mes para acoger a 500 asistentes, realizar una cuarentena de 14 días y transportarse diariamente al Ariston en minibuses con una capacidad máxima de 20 personas, “garantizando un ambiente Covid-free“.
A pesar de todo, los planes han suscitado grandes críticas entre el público italiano, especulando que los motivos del acuerdo son puramente económicos y la verdadera intención de Costa Crociere es blanquear su imagen después de nueve meses sin operar para tratar de recuperar confianza del público general en los cruceros tras multitud de brotes de coronavirus el pasado año.
¿Creéis que los planes de Amadeus para asegurar la presencia del público son verdaderamente seguros y saldrán adelante? ¿Considerará el gobierno italiano que el proyecto cumple con los estándares necesarios de sanidad y lo dejará salir adelante? ¡Podéis dejar todas vuestras impresiones en redes sociales!