Columna de Opinión Eurovisión

Big Five: ¿Beneficio o perjuicio?

Como es de saber, en Eurovisión no todos los países pasan por semifinales, sino que algunos son automáticamente calificados para la gran final. En este artículo vamos a ver qué países tienen esa ‘suerte’ y cuáles son los motivos que le llevan a ello.

Desde 1999 una serie de países entre los que se encuentra España se califican directamente para la final del certamen. A este, se le añadían Francia, Reino Unido y Alemania; y por supuesto, el que completa la lista, el país anfitrión.

Mucha gente se pregunta sobre cuáles son los motivos de esta ‘aventajada’ decisión, pues bien, simplemente es debido a que estos cuatro países, al que se le sumará Italia en su retorno en la edición de 2011, son las naciones que más contribuyen económicamente a sostener la Unión Europea de Radiodifusión, y como recompensa por ello se les obsequia con la final soñada cada año. La recompensa no es solo la clasificación para la final, sino que también tienen opción a voto en una de las semifinales, que a cada país se le asignará por sorteo.

Si es verdad que la existencia de semifinales solo data desde el año 2004, pero anteriormente o bien se hacían eliminatorias no televisadas (Como es el caso de 1996, donde la conocida cantante macedonia Kaliopi no se clasificó para el certamen); o bien existía un determinado número de participantes, donde los mejores clasificados el año anterior tenían plaza fija, y el resto debería de pelear por obtener un determinado número de puntos que les permitiría calificarse para el año siguiente. (Todos estos procedimientos podrán ser comentados en próximas publicaciones).

Este concepto ha sido y seguirá siendo muy criticado por el resto de países competidores, ya que consideran injusto que no todas las canciones sean expuestas en semifinales y se califiquen sin luchar por el ansiado boleto. Ha llegado hasta tal punto, que la delegación turca anunció su retirada en 2013 argumentando que entre otros motivos, no regresarán al certamen hasta que los miembros del Big 5 no hagan frente a las semifinales. Esta medida también ha sido criticada por pequeñas naciones como la República de San Marino, que tras su participación en Eurovisión 2017 anunciaron el descontento por el Big Five y la poca ayuda a los pequeños países para lograr la final.

Pero, realmente ser miembro del Big 5, ¿Perjudica o favorece?

Hay quien opina que el ser miembro del Big 5 solo perjudica, ya que clasificarse de manera directa a la final puede propiciar en un rechazo del resto de países competidores y la carencia del sentimiento de ‘igualdad’ que buscaba el concurso en su debut de 1956. Además el no competir por semifinales lleva a confiarse en uno mismo y abandonar en muchas ocasiones el espíritu competitivo, y con el las ansias de victoria. Ya que en más del 75% de las ocasiones, las propuestas del Big 5 han quedado fuera de un top 10, y en más del 60% incluso han llegado a conseguir los peores resultados cada año (Como es el caso de España y Alemania en la última edición del certamen). Por lo tanto los malos resultados obtenidos por la falta de interés y competitividad, pueden encadenar un sentimiento de torpeza y rechazo que genera la duda sobre la continuidad en el certamen de estos países cada año.

Por otro lado, hay quien piensa que los malos resultados no son culpa de la clasificación directa, sino son provocados por el rechazo de las delegaciones frente al resto de equipos, o al fracaso de los métodos de selección utilizados para elegir la entrada de su país.Por tanto, consideran que lo más justo es seguir en el Big 5 y simplemente exigen un cambio de delegación o de métodos de elección. Por ello, si tantean sus técnicas es posible obtener buenos resultados conservando el pase a la final.

Ahora vamos a analizar ambas situaciones a la inversa. ¿Se juzga la permanencia Big 5, o existe miedo de que rompa esta tradición? ¿Qué consecuencias acarrearía?

En primer lugar, los opositores pensarían que la exclusión del Big Five y la consecuente participación en las semifinales, solo traería beneficios, ya que los países deberían competir no solo por la victoria sino también por el pasaje hacia la final, lo que conseguiría una mejor elaboración de escenografías, que o podrían llevar a buenos resultados, o nos llevarían a un fracaso que propiciará la sed de esfuerzo para quitarnos la espina del trabajo bien realizado.

Por el otro lado, los defensores pensarían que la exclusión del Big 5, solo serviría para que el resto de países utilizaran su envidia y rencor contra nosotros y nos dejaran cada año fuera de nuestra final, lo que se entendería como un ‘boicot’ a estos países.

Una vez realizada la lista de ‘pros’ y ‘contras’ desde cada punto de vista, tocará consolidar nuestras ideas e intentar comprender las contrarias, para crear un mundo justo respetuoso. ¿Cuál es tu opinión respecto al Big Five?

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