Eurovisión Junior está de celebración. Faltan menos de cuatro meses para que el festival musical infantil más prestigioso de toda Europa llegue a su veinte aniversario, que culminará con la celebración de esta edición desde la capital armenia de Ereván este 11 de diciembre. Desde ESCplus queremos celebrar este acontecimiento por todo lo alto, repasando la apasionante y convulsa historia del formato a través de un divertido viaje por los 50 mayores momentazos y anécdotas históricas que marcaron la trayectoria del formato.
Hoy nos embarcaremos en la quinta y última entrega de este viaje a través de los entresijos y secretos del festival infantil más popular de Europa. Durante la jornada de hoy, que marca el final de trayecto de esta tira de artículos, repasaremos las retiradas más extrañas de la trayectoria del concurso, los portavoces más icónicos de las distintas ediciones o los compositores que más han contribuido al formato durante sus casi 20 ediciones. Además, nos divertiremos recordando otros episodios curiosos del formato. ¿Sabías que la participación moldava de 2013 estuvo financiada por un concierto benéfico? ¿O que el vestuario albanés de la edición de 2013 fue vetado por la organización? Todo esto y mucho más a continuación.
41. La preselección moldava de 2013, objeto de investigación en la Corte Nacional
La historia de Moldavia en Eurovisión Junior es relativamente corta pero intensa. Tras un debut motivado por el incipiente interés de los países exsoviéticos hacia el certamen a finales de década pasada, muchas fueron las razones para un rápido desgaste y pérdida de interés hacia el formato por parte de los espectadores moldavos. Los problemas de financiación de sus candidaturas, resultados discretos en la tabla de clasificación o bajo interés de compositores e intérpretes hacia el proceso de selección nacional fraguaron una retirada solo cuatro años después de unirse a la competición en 2010. Hoy nos adentraremos en las entrañas de su última participación hasta la fecha, marcada por hechos rocambolescos como acusaciones de tongo hacia su representante, un turbio proceso de preselección investigado por las Cortes Nacionales o una puesta en escena financiada con los beneficios de un concierto benéfico.
Tras el discreto décimo puesto cosechado por Denis Midone en Eurovisión Junior 2012, la continuidad de Moldavia en la competición del año siguiente estaba cada vez más en el aire. Las deudas del ente nacional TRM y su falta de financiación hacían que los responsables de la cadena no pudieran asegurar su permanencia en el festival de 2013 a tan solo tres meses de su celebración. Paralelamente, un grupo de padres de antiguos artistas de la selección nacional para el formato iniciaban una campaña para exigir mayor transparencia en el proceso de preselección. En una rueda de prensa criticaban la organización del concurso por parte de la TRM, que desechó las finales televisadas tras la edición de 2010 para optar por las elecciones internas en base a la opinión de un jurado experto. Rápidamente, el jefe de delegación del país alegó la limpieza del sistema de selección mientras aseguraba que la participación moldava en el festival de Kiev seguía siendo una incógnita.
Hay tasas que debemos pagar para participar en Eurovisión Junior y en estos momentos no tenemos suficiente dinero para pagarlas. Todavía no hemos anunciado ningún concurso de preselección nacional y ni siquiera sabemos si acabaremos participando. Estamos buscando patrocinadores y financiación, pero puede que cuando lo consigamos ya sea demasiado tarde.
Leonid Melnic (Director ejecutivo TRM)
Contra todo pronóstico y pese a que la permanencia moldava en Eurovisión Junior estaba casi descartada, pocas semanas después aparecieron fuertes rumores clamaban que la TRM había dado luz verde a su participación en el certamen europeo de 2013. Entre la incertidumbre, el famoso compositor Eugen Doibani aseguraba durante una entrevista en la televisión privada Jurnal TV que el joven artista Rafael Babieca representaría a Moldavia en Eurovisión Junior 2013. Representantes de la TRM se apresuraron en lanzar un comunicado negando estas declaraciones e insistiendo en que la participación del país en la competición seguía a debate.
Finalmente, los rumores se cumplieron y el ente moldavo se apresuró a abrir una convocatoria de artistas y canciones que acabaría sumando solo 5 solicitudes. En medio de una crisis de interés y financiación, el país celebraba una final nacional a puerta cerrada que culminaba con la victoria del joven Rafael Bobieca y su tema Cum Sa Fim, solo dos puntos por encima de la favorita y repetidora Andrea Braga. Esta decisión causó una gran polémica dado que los compositores de otros participantes acusaron a la TRM de falta de transparencia y de corrupción, eligiendo un jurado comprado a favor del eventual ganador. Según fuentes de la época, el estudio que acogió la preselección fue testigo de insultos, discusiones y acusaciones impropias para los valores que trata de difundir Eurovisión Junior. Algunos miembros del jurado reafirmaron su independencia y respaldaron a la organización en sus esfuerzos por garantizar un proceso transparente, dejando entrar al estudio a todo aquel interesado en supervisar la selección nacional.
El asunto fue a mayores, con la creación de una campaña de desprestigio por parte de familiares, coreógrafos y profesores de otros integrantes perdedores de la selección nacional. La instancia por impugnar los resultados de la preselección llegó hasta las Cortes del distrito Centro de Moldavia, que consideró las aportaciones válidas y canceló provisionalmente la candidatura de Rafael Babieca en el festival infantil. Consecuentemente, la televisión moldava interpuso una apelación que resultó favorable, descongelando nuevamente el proceso de preparación del joven para subirse al escenario de Kiev. Esta situación comenzó a crear mucha incomodidad, calentamientos de cabeza y hartazgo entre los altos cargos de la TRM, que comenzaban a ver a Eurovisión Junior como una fuente de polémicas, enemistades y confrontación más que un punto de encuentro cultural y musical para los más pequeños.
Participar en Eurovisión Junior es bastante costoso para un país como Moldavia. Lamentablemente, no tenemos la capacidad financiera para organizar una gala pública y algunos costos han de ser abordados por los padres de los candidatos. Adicionalmente, la participación en el certamen se trata de un acto voluntario y para el que no estamos del todo preparados
Mircea Surdu (directora TRM)
La carrera hasta el escenario de Eurovisión Junior estuvo llena de obstáculos para el joven Rafael Bobieca. Además de hacer frente a las constantes acusaciones de tongo en su victoria del proceso de selección, su candidatura sufrió contratiempos financieros de última hora. Pese a que todo indicaba lo contrario, el gobierno de Moldavia decidió no respaldar económicamente la participación del joven, que requería de una partida para sufragar la coreografía, el atrezzo y el vestuario. Como resultado, los padres y el equipo artístico de Rafael tuvo que hacer frente a un pago de 20.000 euros, que intentaron paliar mediante un concierto benéfico a favor del artista.
Finalmente, la candidatura del joven logró plasmarse en el festival como inicialmente estaba planteada, logrando adquirir los objetos escénicos y vestuario requeridos. Pese a los esfuerzos, el resultado no acompañó, marcando un pobre onceavo puesto y 41 puntos en la tabla del marcador. Pocos meses después, Moldavia anunció su retirada del festival infantil, que continúa siendo vigente hasta la actualidad.
42. LOS COMPOSITORES MÁS RECORDADOS DE LA HISTORIA DE EUROVISIÓN JUNIOR
Eurovisión Junior fue concebido originalmente como un espacio donde los niños participantes pudieran dar rienda suelta a su creatividad. Tal y como la normativa original del concurso establecía, eran los propios concursantes los encargados de componer sus canciones. Aunque durante estos primeros años el certamen nos regalase grandes y queridos temas clásicos que marcaron huella en el festival, no se tardó en permitir la entrada de profesionales adultos a los equipos de composición de las candidaturas. De esta forma, se conseguía eliminar cierto estupor a amateurismo que destilaban las propuestas de las primeras ediciones, incrementar y profesionalizar el nivel musical de las galas y dinamizar la industria musical de los países. Eventualmente y a lo largo de los años, el festival nos ha dejado recordados nombres de rostros que han compuesto algunas de las canciones más emblemáticas de Eurovisión Junior. En esta sección, así, recordaremos y pondremos en valor la figura de algunos de los compositores más exitosos del certamen, que ya han pasado a formar parte de la familia de Eurovisión Junior.
No podemos empezar este particular rewind sin conocer más de cerca a Giga Kukhiandze. Este compositor es la mente creativa que se esconde detrás de la mayoría de éxitos georgianos en Eurovisión Junior. De hecho, todas las victorias del país caucásico en el certamen están a su nombre. Kukhiandze no solo compone, también es una prodigiosa mente escénica cuyo buen hacer le llevó a ser contratado por la GPB como asesor oficial adjunto de la delegación eurovisiva de Georgia. Su visión del festival se ajusta perfectamente a sus parámetros y no solo busca crear buenas canciones, sino packs completos y fantasiosos que varíen cada año, contando historias hiladas a las audiencias europeas. Su última victoria vendría en 2016 con Mariam Mamadashvili y su tema Mzeo. ¿Sumará más victorias a la lista este prodigioso compositor?
El siguiente compositor de la lista es sin duda un artista 360. Él no solo compone, también presenta, actúa y comenta. Estamos hablando de Avet Barseghyan, artífice de algunas de las canciones armenias más exitosas de la historia de Eurovisión Junior y sin duda una figura clave para entender en apabullante éxito del país caucásico en el certamen. Entre las obras maestras de Barseghyan está Colors of Your Dreams de Karina Ignatyan, Boomerang de Misha, Tarber de Anahit y Mary, Love de Mika, People of. The Sun de Betty o la primera victoria armenia en el festival, Mama de Vladimir Arzumanyan. También ha hecho lo propio con emblemáticas canciones de Eurovisión senior como Jan Jan o Fly With Me. Se trata de toda una figura célebre y mediática en su país, presentando numerosos programas como X Factor o comentando para la AMPTV los distintos festivales eurovisivos. Muchos lo recordarán también por copresentar el primer Eurovisión Junior que acogió Armenia en 2011.
No nos gustaría cerrar esta sección sin mencionar a una de las figuras artísticas más destacables en la historia reciente de no solo Eurovisión Junior, sino también de la variante senior del certamen. Se trata de la prodigiosa compositora y cantante francesa Barbara Pravi. La artista del país galo plantaría sus pinitos en materia eurovisiva componiendo Bim Bamb Toi para la joven Carla Lazzari, que finalizaría en un gran quinto puesto en Eurovisión Junior 2019, celebrado en Gliwice. El tema llegaría hasta la primera posición de Spotify Francia y entraría en las listas de ventas belgas, ganando mucha popularidad entre las nuevas generaciones del Benelux. Solo un año más tarde, Pravi repetiría la hazaña gestando a la canción ganadora de la siguiente edición del certamen. Valentina y si J´Imagine conquistarían el podio de Eurovisión Junior 2020 en una victoria aplastante, marcada por la pandemia del coronavirus. El resto de la historia se cuenta sola, Barbara llegaría hasta el festival de adultos en 2021, obteniendo un brillante según puesto con la balada Voila.
43 y 44. EUROVISIÓN JUNIOR, ESCENARIO DE ABRAZOS PARA LA PAZ
Además de ser un festival nacional, Eurovisión Junior, al igual que su homónimo adulto, constituye un punto de confluencia de culturas donde el componente geopolítico juega todos los años un papel determinante. El certamen trata año tras año de fomentar valores positivos tales como la amistad, el compañerismo, la solidaridad, la tolerancia, la diversidad y como no podía ser de otra manera, la paz. Y es que el concurso ha sido históricamente concebido como un espacio para olvidar las diferencias entre países, las fronteras que separan a las naciones y para unir a las nuevas generaciones europeas en una cita marcada por su componente no político ni religioso.
En medio de este paradigma destaca la situación de tensión marcada por la relación de dos de sus países participantes, Azerbaiyán y Armenia. Al igual que en Eurovisión senior, la fría y convulsa enemistad entre sendas naciones, provocada por el histórico y sangriento conflicto de Nagorno Karabaj, ha determinado distintos aspectos determinantes de la competencia infantil. Eso sí, no es un grado tan flagrante como en el certamen adulto, donde se han llegado a vivir episodios vergonzosos como la investigación del gobierno azerí hacia sus ciudadanos por las votaciones desde teléfonos móviles a Armenia durante el festival de 2009.
Algunos de los capítulos más recordados en el festival infantil son la retirada de Armenia durante Eurovisión Junior 2020, motivada por la escalada de violencia vivida en su guerra contra Armenia; o como ya comentamos en pasados capítulos, la vergonzosa retransmisión de la Ictimai TV azerí hacia la actuación de la ganadora del festival de 2021, la armenia Maléna Fox, momento en el que los comentaristas de la tierra del fuego rompieron las reglas del festival al hablar por encima de las actuaciones del certamen. No obstante, como veremos a continuación, dentro del oscuro panorama también hemos vivido momentos de acercamiento entre ambas naciones en el marco del certamen, que han supuesto ratios de esperanza en la mejora de relaciones diplomáticas armenio-azeríes, dada la repercusión social y mediática que supone año tras año el Festival de Eurovisión Junior.
La primera muestra de cariño vendría hace cuatro años, en el festival de 2018 celebrado desde Minsk, Bielorrusia. Los hechos se dieron más concretamente en un encuentro de todos los niños y delegaciones participantes con el presidente bielorruso Alexander Lukashenko. Durante el acto diplomático, muestra de la intervención estatal durante la organización de ese festival, el jefe de estado del país soviético produjo un encuentro “espontáneo” y casi sin precedentes entre Levon y Fina Huseynova, representantes de Armenia y Azerbaiyán respectivamente. Los dos niños coprotagonizaron un acercamiento en brazos del dirigente bielorruso en una acto casi sin precedentes. De esta manera se dice que Lukashenko hizo de mediador por la paz caucásica en un ambiente hostil y marcado por las diferencias entre ambos países.
La segunda “reconciliación” se daría en la última edición de Eurovisión Junior, hace unos meses. Se trataría de un certamen único, puesto que tras un año marcado por el desencuentro caucásico y la ausencia armenia por la guerra con Azerbaiyán en 2020, ambos países volvían a participar juntos en la competición, por primera vez desde 2018. Las representantes de ambas naciones, la ganadora Maléna Fox y la azerí Sona Azizova, protagonizarían un momento único e inédito que quedará para siempre grabado en las retinas de miles de seguidores del formato. En un acto de solidaridad, las jóvenes se fundían en un sincero abrazo de amistad, dejando claro ante toda Europa el deseo de todos los jóvenes de tener un futuro próspero, en armonía y libre de guerras.
45. LOS BAILARINES PRESTADOS DE MICHELE PERNIOLA
Eurovisión Junior 2013 supuso un punto de inflexión para el rumbo e historia del festival. Durante el año previo, 2012, cada vez eran más evidentes las señales de que no se podría dar una nueva edición de certamen en la temporada siguiente. Las cada vez más estrepitosas retiradas de países de la competición, las paupérrimas cifras de audiencia o las peleas entre fans armenios y azeríes en el Heineken Music Hall de Amsterdam durante las votaciones dejaban un sabor agridulce en uno de los certámenes con más sombras de la historia del formato. Las sucesivas polémicas y el desgaste del concurso, que perdía interés entre las radiodifusoras de forma exponencial, lo situaban en un escenario crítico. Afortunadamente, la victoria de esa edición caería a manos de una motivada e interesada Ucrania, que tomaría con gran entusiasmo la labor de organizar la siguiente edición del concurso. Se dieron así grandes cambios y novedades con el fin de recuperar su audiencia y credibilidad perdidos desde el comienzo de su declive en 2008.
Entre las prioridades de la radiodifusora anfitriona, la veterana NTU, y el renovado equipo directivo del certamen encabezado por Vladislav Yakovlev, estaba la de atraer a países que revitalizaran la competición y volvieran a hacer de Eurovisión Junior la gran fiesta infantil de la música europea. Para tal fin se tomaron diversas medidas para facilitar la incorporación de radiodifusoras con problemas financieros, abaratando al máximo las tasas de participación o ofreciendo cuerpos de baile, coro o incluso atrezzo para las actuaciones de todas aquellas delegaciones que no se lo pudieran permitir.
Este último punto fue decisivo para la materialización de la candidatura sanmarinense durante dicho festival, la primera de toda la historia de la república serenísima en Eurovisión Junior. Tras diversas tentativas en años previos por parte de la SMRTV, por fin encontrarían las circunstancias y propuesta adecuada para subirse al festival del certamen infantil. Así es como el primer intento del país vendría de la mano del joven de 15 años y carismático Michele Perniola, ganador del talent show italiano Ti Lascio Una Canzone, emitido por la RAI. La canción que defendería sería O-o-o Sole Intorno A Me, un energético y positivo uptempo en italiano compuesto por Antonello Carozza, medalla de plata en la final nacional rusa de Eurovisión 2010.
Debido a sus escasos recursos humanos y materiales, la televisión del pequeño estado de San Marino delegaría la coreografía de la actuación de Michele a la organización. De esta forma, los bailarines de la candidatura fueron elegidos en unos castings celebrados a puerta cerrada en el Palacio de la Cultura de Kiev a pocas semanas del festival. El vocalista, así, no conocería a sus compañeros de escenario y cuerpo de baile hasta llegar a la capital ucraniana para los ensayos. Aunque se trata de un caso muy singular en la historia del festival junior, también hay constancia de que el cuerpo de baile de Azerbaiyán durante la edición de 2012 era íntegramente de origen ruso.
46. EL VETO AL VESTUARIO ALBANÉS DURANTE EUROVISIÓN 2012
Eurovisión Junior no solo supone un encuentro musical de jóvenes artistas, también es un choque cultural entre países con costumbres y tradiciones muy diferentes entre sí. El formato siempre ha tratado de involucrar la visión y las creencias de todos sus participantes de una forma equitativa, haciendo del festival un espacio seguro y cómodo para que los niños de toda Europa compartan su música, siendo respetados así como respetando a sus compañeros y sus culturas. Pese a todos estos esfuerzos, han habido casos durante el transcurso de las distintas ediciones en las que diversas televisiones participantes han manifestado disconformidad o desacuerdo con las decisiones tomadas por la organización. Es así como algunos países como el bloque nórdico rechazan la vocación competitiva del certamen, o como ciertos países reclaman una franja horaria diferente y enfocada al prime time, como hizo Eslovenia tras su retirada en 2016. En definitiva, cosas donde en una cultura están muy bien vistas pueden estar completamente repudiadas en otras; y la labor de la organización es la de tratar de llegar a un compendio para crear un show que fomente valores y trate de contentar a todos sus participantes a la vez, evolucionando año tras año.
Uno de los casos donde más se ha puesto de manifiesto este componente innegable del eurofestival fue en 2012, cuando la organización del festival celebrado en Amsterdam vetó fulminantemente el vestido de la representante albanesa, Igzidora Gjeta, tras ser tildado de demasiado maduro. El vestido mostrado por la cantante durante su primer ensayo dejaba ver un atuendo negro con ciertas transparencias y una especie de corsé. Esta vestimenta causaría un gran revuelo en la sala de prensa, elevando peticiones a la UER para que tomara acciones ante la situación. La organización prohibiría finalmente dicho vestuario, que fue sustituido con un nuevo vestido más cubierto y ornamentado con unos motivos plateados. La intérprete de Kam Një Këngë Vetëm Për Ju, lamentablemente, no conseguir superar el último puesto en la tabla de clasificación, eso sí, con el favor de las votaciones azeríes, que regalarían a Albania sus 12 puntos. El mal resultado unido al degradable incidente del vestido de Igzidora llevarían a la RTSH a apartarse de la competición hasta 2015.
Este percance despertaría la furia de la prensa generalista albanesa, que no terminó de ver con buenos ojos el cambio de vestuario de su representante. El hecho no solo ocuparía las portadas de los medios del país balcánico, haciendo lo propio con diarios y revistas del país anfitrión de esa edición, Países Bajos.
47. UNA PARTICIPANTE DE UNA PRESELECCIÓN BIELORRUSA, CONCURSANTE DE LA VOZ KIDS ESPAÑA
La Voz Kids y Eurovisión Junior han estado innegablemente ligados en nuestro país durante los últimos años. Pocos minutos después de ganar la cuarta temporada del talent show musical de Telecinco, Melani García hacía un llamamiento para que RTVE retomara su participación en el certamen infantil. De esta manera la valenciana representaba a cientos de artistas nóveles de nuestro país que reivindicaban la vuelta de una de las plataformas musicales más potentes del mundo para nuestro país. En ediciones posteriores y tras su traslado a Antena 3, el formato ha seguido marcando la senda española en el festival infantil, gestando y descubriendo a estrellas eurovisivas como Levi Díaz o Carlos Higes, nuestro actual representante.
Aunque muchos no lo supieran y fuese un caso que pasó mediáticamente desapercibido, la quinta edición de La Voz Kids, emitida en 2018, supuso la vuelta a la palestra de una participante de la preselección bielorrusa para Eurovisión Junior 2017. Estamos hablando de Ruslana Panchishina, que llegaba hasta la fase de batallas de mano de la querida Rosario Flores, para ser eventualmente eliminada. Su interpretación del tema It’s a man’s man’s man’s world le valdría para girar las sillas de dos de los coches del programa, que quedaron atónitos por la calidad vocal de la joven. La artista se quedaría un año antes a las puertas de representar a Bielorrusia en Eurovisión Junior, obteniendo un cuarto puesto en la preselección de la BTRC gracias a su tema Tantsui So Mnoy.
Para más inri, Ruslana no sería la única concursante ligada al universo eurovisivo que desfilaría por el escenario de esa edición de La Voz Kids; Yara Díez, corista de Melani en Eurovisión Junior 2019, o Molly Puigcercos, hija de la representante andorrana de 2009 Susanne Georgi, formarían parte del show. La intérprete de La Teva Decisió apoyaría a su hija desde el backstage junto con la conocida presentadora Eva González y el resto de su familia.
Otro hecho muy similar al de Ruslana ocurría hace muy pocos días y además con un trasfondo mucho más especial. La joven ucraniana Rrealina, concursante de la selección nacional ucraniana de para Eurovisión Junior 2020 y 2021, se subía al escenario de Got Talent España impresionando a jurado y público. La artista se vio obligada a abandonar su tierra natal, invadida y azotada por la guerra contra Rusia, y se encuentra actualmente refugiada en nuestro país. Durante las audiciones del talent show interpretó temas tradicionales y folclóricos ucranianos, demostrando que el arte popular de su hogar puede traspasar fronteras y adquirir un significado especial durante la guerra.
48. LOS PORTAVOCES MÁS ICÓNICOS DE EUROVISIÓN JUNIOR
Sin duda una figura crucial en el transcurso de Eurovisión Junior es la de los portavoces. Estas personas, designadas por las distintas radiodifusoras, son las encargadas de anunciar los puntos que cada país otorga a los distintos participantes. A lo largo de las ya casi veinte ediciones del certamen, han sido muchos los momentazos que nos han regalado estos jóvenes repartiendo sus puntuaciones. Desde reencuentros con grandes estrellas del concurso, pasando por sobres problemáticos incapaces de abrirse o incidentes con las conexiones, como las ocurridas en 2012 con algunos países como Albania. Hoy nos centraremos en recapitular algunos de los portavoces más surrealistas e icónicos de la historia del festival.
Sin duda, muy recordado es el papel de Lucho como portavoz de los puntos del televoto español en Eurovisión Junior 2004. El que fuera uno de los protagonistas del popular programa infantil de TVE Los Lunnis, daría el salto a las pantallas de toda Europa en un acto inédito en la historia del festival. Finalmente, los doce puntos del querido personaje amarillo acabarían yendo a parar a Rumanía, que acabaría eventualmente en cuarta posición en la clasificación final. España terminaría de acaparar todas las miradas y elogios de la noche, consiguiendo ganar el festival con la aplastante victoria de María Isabel y su tema Antes Muerta Que Sencilla.
Catorce años después, la televisión infantil pública rusa Karousel repetiría la hazaña, poniendo al frente de las labores de portavoz a Khryusha, uno de sus personajes de televisión infantiles más populares. El inocente cerdito otorgaría durante tres años seguidos los puntos del jurado de la nación soviética. Eso sí, al contrario de Lucho el personaje, creado en los años 70, saldría al escenario en forma de marioneta acompañado de una niña, que lo ayudaría en su misión de portavoz en todas sus apariciones.
Este año podríamos tener tercera parte de la historia. Tal y como se lleva especulando durante semanas, la nueva estrella de las noches de RTVE, Mapi, podría dar el salto al Festival de Eurovisión Junior para anunciar los puntos del jurado español. Se trataría de la primera vez en la historia del festival que se usaría la tecnología CGI (Imagen Generada por Computadora) para dar vida al portavoz de un país. ¿Recibirán finalmente los mapiers la gran noticia de que su personaje favorito viajará hasta Armenia para ser la nueva estrella del certamen europeo?
49 Y 50. LAS RETIRADAS MÁS EXTRAÑAS DEL FESTIVAL
Si hay una palabra que duele a los seguidores de Eurovisión Junior es la de “retirada”. Desde sus primeras ediciones, las bajas de distintos países que se iban sucediendo entre los distintos festivales han marcado la evolución del concurso. En muchas ocasiones, el interés incipiente de otras regiones europeas en unirse al festival o los grandes esfuerzos de la organización por atraer a nuevas radiodifusoras han conseguido paliar este desgaste. Sin embargo; las retiradas de distintos países han conducido a Eurovisión Junior a etapas grises y oscuras, donde el número de participantes y el interés se han situado bajo mínimos. Entre muchas otras, algunas de las razones que justifican estos actos son los problemas financieros, las bajas audiencias o, como en el caso de los países del bloque nórdico, desacuerdos con la mecánica del concurso, no obstante, no siempre ha sido así. En esta ocasión analizaremos algunas de las bajas de países más extrañas y rocambolescas de la historia del festival.
La primera retirada que abordaremos será la inexplicable ausencia “indefinida” croata iniciada en Eurovisión Junior 2007, celebrado en Rotterdam. Tras cuatro años de éxitos, incluyendo una victoria y un tercer puesto, el país balcánico se despedía del festival alegando problemas financieros. La excusa resultó paradójica puesto que el mismo ente público trataría meses atrás de pujar por convertirse en la televisión anfitriona que albergaría ese mismo festival. Según se especula, la retirada consistiría en una mera estrategia por esquivar la más que probable sanción económica que recaerá sobre la HRT por no emitir el certamen en directo por el canal infantil un año atrás, en la edición de 2006. Sea como sea, se trató de un jarro de agua fría para la audiencia croata de la época, que tenía al festival infantil como uno de los espacios más queridos y populares del año. Posteriormente, los motivos de la retirada por parte de la presidenta de la corporación irían más allá, alegando que el prime time de los sábados no es un horario adecuado para un concurso juvenil.
En segunda y última instancia abordaremos la caótica participación de Azerbaiyán en Eurovisión Junior 2008. Tras emitir favorablemente el festival del año previo y concursar por primera vez en el senior, la Ictimai azerí se adhirió a la lista de participantes del certamen de Limassol con la esperanza de efectuar su debut. Mientras todos los países anunciaban y acometían sus planes para seleccionar sus candidaturas, el país caucásico permanecía en un silencio absoluto, augurando el peor de los desenlaces. La delegación en conjunto del departamento musical de la televisión pública acometieron exhaustivos estudios para dar forma a una preselección que eligiese su candidatura, sin ningún fruto. Finalmente, el país no encontraría una fórmula para seleccionar su artista y canción y se verían forzados a retirarse en el último momento. La Ictimai debió, consecuentemente, abonar el coste completo de su participación a la organización en concepto de penalización. No sería hasta 2012 cuando la tierra del fuego debutaría, esta vez de la mano de Omar y Suada y su canción Girls & Boys.