Nos encontramos sumergidos en una auténtica carrera eurovisiva, una carrera llena de obstáculos que a día de hoy nos impiden conocer cuál será la ciudad y la sede que alberguen la próxima edición del certamen. Cada etapa está caracterizada por sorpresas inesperadas, intensas jornadas de negociaciones y muchas incógnitas que esperemos que pronto lleguen a la meta.
Esta carrera dió el pistoletazo de salida el pasado 23 de junio, cuando la NTU asumió la responsabilidad de albergar el festival y abrió el plazo de inscripción para que todos los recintos y ciudades ucranianas interesados en albergar el certamen tuviesen la oportunidad de inscribirse. Pero como todo proceso, consta de un reglamento donde se detallaban las normas que deberían de cumplir cada estadio o recinto interesado; tales como el aforo, un techado, conexiones de trasporte, infraestructuras, etc…
Una vez registradas y archivadas todas las propuestas, se abrió un periodo de ocho días para que la televisión ucraniana NTU estudiara con precisión cada una de las propuestas recibidas, proceso que finalizó el pasado 15 de Julio. Las seis ciudades que se interesaron en la competencia fueron Dnipro, Kharkiv, Jerson, Kiev, Lviv y Odessa, cada una de las cuales tuvo su oportunidad de exponer sus candidaturas ante comité organizador en un debate televisado y en directo, que tuvo lugar el pasado 20 de Julio.
En un primer momento, la idea de hacer un debate causó buena impresión y nos hizo pensar que realmente se estaba apostando por el certamen y había un alto interés en producirlo y organizarlo; pero bastantes de aquellas expectativas se nos cayeron al observar que prácticamente ningún recinto cumplía con unas condiciones favorables para albergar un festival donde tanto la tecnología como sus avances tienen un peso fundamental y, que muchos de ellos apenas estaban techados ni sonorizados.
Una vez presentadas todas las propuestas al comité organizador del certamen, se anunció que la batalla final estaría entre dos ciudades, que al final se convirtieron en tres: Kiev, Odessa y Dnipro; siendo esta última la gran sorpresa de la decisión. Para otros la sorpresa fue la descalificación de Lviv, que se postulaba como una de las favoritas en las redes sociales, aunque para mí nunca superó tan alta expectativa.
Os comento mis impresiones sobre las propuestas de cada una de estas tres ciudades:
Kiev: Mis impresiones fueron las de incitar a una ciudad moderna y alegre, con buenas comunicaciones aéreas y metropolitanas, garantizar la seguridad y ofrecer unas buenas marcas hosteleras. Aunque lo que me llamó la atención fue la poca insistencia y publicidad de sus estadios, ya que al fin y al cabo es lo que importa. Quizás sea una técnica llena de entusiasmo por dar una buena imagen pero con el fin de ocultar las carencias de sus recintos. ¿Podría Kiev volver a afrontar el reto doce años después?
Odessa: Dio a conocer una ciudad acogedora, tranquila y con un amplio interés por conservar el patrimonio cultural, esta sí que hizo hincapié en su única propuesta, el estadio Chernomorets, el cual requiere un techado y alguna otra modificación, pero se postula como el estadio favorito por los comentarios de los ciudadanos.
Dnipro: Transmite un mensaje de esperanza y entusiasmo, y quizás por eso continua en la carrera… Si bien patrocina la elección del Estadio Meteor y afirma tener que construir un techado, pero asegura que toda obra estaría rematada para marzo de 2017 y disponible para la organización del certamen. Quizás sea la apuesta más familiar y una de las más interesadas en la comunicación y el transporte, pero ¿Supondrá el escaso aforo del estadio y la falta de un techado un obstáculo para Dnipro?
Yo no veo a ninguna de las propuestas ucranianas capaz de ofrecer todas las prestaciones y servicios que Eurovisión requiere, pero también he de decir, que si tuviera que escoger alguna opción, elegiría la opción de Odessa, ya que es aparentemente una de las que menos reformas necesita junto con el Centro Internacional de Exposiciones de Kiev, aunque fueran más allá de un techado y el acondicionamiento de las instalaciones, solo que este último estadio no creo que sea el más apropiado para el acondicionamiento, debido a sus continuas visitas y compromisos; No obstante creo que debería de ser la apuesta de Oro de Kiev.
Aunque en un principio la decisión final se daría a conocer a partir del 1 de Agosto, se adelantó provisionalmente al 27 de Julio, el cual sería el primer intento fallido por desvelar la Sede de Eurovisión 2017.
La NTU pone fecha final para el anunciamiento más importante de la temporada, sería el 24 de agosto, casi un mes después. Todo parecía apuntar que este sería el día en el que la incógnita más buscada de esta edición, daría a conocer su resolución, pero a escasos veinte minutos de la anunciación, la NTU canceló la rueda de prensa programada, lo que supuso todo un shock a la población ucraniana, y un auténtico Eurodrama para el resto de seguidores del certamen.
Inmediatamente, tanto la NTU todavía en shock, como el supervisor ejecutivo del Festival Jon Ola Sanz emitieron comunicados al respecto para calmar a los espectadores y aclarar que la decisión final verá la luz muy pronto, ya que justifica que ‘’Todo tiene que ser analizado, hasta el más mínimo detalle’’ mientras que la NTU afirmó que aún faltan por concretar algunos detalles en las propuestas de licitación, ya que requieren mayor consideración.
Nadie pone en duda que la elección de una ciudad que sea capaz de albergar, organizar y atender a todo el público de manera correcta y adecuada, no sea una de las elecciones más difíciles y con mayor grado de responsabilidad en consecuencia de cada edición, pero el continuo retraso de la decisión final está causando algún descontento social entre los seguidores del certamen y parte de la prensa internacional.
Son varios los rumores respecto a esta polémica decisión, como que finalmente no será Ucrania la que organice el festival, cosa que a mi parecer ya sería tarde para dar marcha atrás, por falta de tiempo y negociaciones. Y otros opinan que la NTU es incapaz de organizar el certamen en solitario y dependerá de la ayuda en cuanto a realización y coordinación de otras cadenas, como es el caso de la SVT (Organizadora del certamen en la pasada edición), la cual ya ha ofrecido su ayuda y apoyo a la NTU. Esta segunda opción sí que la veo viable, puesto que opino que no les vendría mal la ayuda de cadenas con mayor experiencia debido a la falta de tiempo en sus proyectos.
Son muchas las dudas sobre el calendario de la NTU, ya que es cierto que sedes como el B&W Hallerne de Copenhague o el ESPRIT Arena de Düsseldorf fueron anunciados en Septiembre y en Noviembre respectivamente, pero estas solo tendrían que hacer un correcto acondicionamiento de las estructuras, la construcción del escenario y la distribución del aforo en la gama hostelera, cosa que supuso un pequeño problema en 2011, debido a la coincidencia de varios eventos en la misma fecha para la competencia alemana. Pero lejos de estas, las preocupaciones de la NTU son mucho mayores, como el techado del estadio, la sonorización del recinto, grandes reformas en sus infraestructuras, acomodación de la prensa y una larga lista de mejoras a las cuales se incluyen las citadas con anterioridad.
También surgen opiniones como ¿Por qué no se construye un estadio de cero como en Bakú? Cierto es que las autoridades azeríes optaron y anunciaron desde un primer momento que la ciudad albergadora sería la capital, y que el estadio sería un complejo de conciertos construido exclusivamente para el festival, por lo tanto no entablaron una competición de recintos y empezaron a planificar la construcción del estadio desde el principio. Tal fue así, que el estadio ya empezó a construirse en agosto de 2011, en un proceso de construcción que duró ocho meses y seguía al milímetro las reglas para el desarrollo de un buen certamen. Aunque en el proceso de construcción, la cadena organizadora Ictimai propuso tres estadios aptos para el evento, se decidió continuar la construcción del Crystal Hall que fue nombrado sede del certamen el 25 de enero del 2012.
Por este motivo, la NTU ni dispone de los fondos apropiados, ni del tiempo correspondiente para comenzar la construcción y edificación de un nuevo estadio, ya que iría con semanas de retraso.
¿Conoceremos pronto la ciudad elegida? ¿Y los planes de la NTU para acondicionar el estadio ganador? El tiempo se agota, pero nuestras esperanzas de un buen complejo eurovisivo siguen en vuelo.