El festival de Eurovisión Junior está a la vuelta de la esquina y las delegaciones de todos los países participantes están sumergidas en sus proyectos para seleccionar al representante ideal en el festival infantil.
El primer país en seleccionar a su representante fue Rusia, mediante una final nacional. La ganadora resultó ser Anna Filipchuk con la canción “Nepobedimy“.
Rusia una vez más ha seleccionado una voz femenina interpretando una balada, técnica que el año pasado les llevo hacia el triunfo.
Es cierto que Rusia cuida mucho sus canciones y la versión final de la canción dota de algo más de fuerza que la inicial, pero tampoco se nota un cambio en exceso. A mí me cansa no poder ver otro estilo musical en Rusia desde 2014, ya que lleva cinco años consecutivos enviando una balada.
La canción me parece que dota de una melodía bonita y que será bien recibida en el certamen, ya que cada vez es más habitual las baladas de corte pop, pero hecho en falta una esencia nacional, folclore e ingenuidad.
Anna Filipchuk tiene una voz bastante tranquila y cuidada, y quizás no haga notas tan largas como la representante del año pasado, lo cual me gusta. El festival se está convirtiendo en un criterio constante por la lucha de quien qu más diva, lo cual agradezco que las baladas no destaquen por su capacidad vocal sino por el conjunto musical.
Debemos de esperar a escuchar las 18 canciones restantes que quedan por seleccionar para el Junior Eurovisión 2018.