La temporada de preselecciones y anuncios oficiales para el festival de Eurovisión 2019 ha llegado a su final y es el momento de que cada país termine de promocionar sus candidaturas de cara a los primeros ensayos de Eurovisión.
Moldavia seleccionó a su representante en Eurovisión 2019 mediante una final nacional que se batió en duelo a una sola gala el pasado mes de Marzo. En dicha final, Anna Odobescu se hizo con la victoria sin partir como una de las favoritas, con su power-ballad “Stay“.
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La balada tiene una estructura muy común en el festival de Eurovisión, pero es bastante agradable y el revamp está dotado de mayor fuerza y potencia.
Como he dicho anteriormente, casi todos los años tenemos algún tipo de candidatura similar, las cuales suelen destacar por las puestas en escena o por la potencia vocal de sus intérpretes. La canción trata sobre el amor y el desamor, lo cual suele ser otro tema bastante recurrido en el festival. Su estructura comienza de una manera relajada y va poco a poco evolucionando tanto rítmica como vocalmente, tocando su punto más álgido en el puente final, el cual derrocha bastante fuerza escénica.
Es cierto que a mi no me llama mucho la atención la balada debido a que está demasiado explotada, pero es cierto que en la pre-party tuve la suerte de ver a Anna en directo y me llamó mucho la atención su portento escénico y su carisma, ya que en otras fiestas me dio la impresión de ser más frágil y me sorprendió muy favorablemente.
Respecto a la puesta en escena, me espero cualquier tipo de sorpresas de Moldavia dado a que el año pasado con muy poco presupuesto sacó muchísimo rendimiento a la escenografía, logrando una final inesperada y un prestigioso top10. Sin embargo, imagino una escenografía clásica u otra escenografía con un vestido cargado de proyecciones, lo cual ya no tiene tanta novedad con respecto al año pasado.
Espero que la delegación moldava me sorprenda y les deseo mucha suerte en Tel Aviv.