Columna de Opinión

El Benidorm Fest se consolida como preselección de Eurovisión, lejos de ser el festival de la música española prometido

El Benidorm Festa acaba y como es tradición no exento de polémica. Una victoria con el 40% de los votos no pertenece solo a un sector eurofán, Melody traía ya una cantera de casa y era para el gran público la más conocida, sabían su historial y para muchos lo presentado es lo más acorde para Eurovisión.

Desgraciadamente, una vez acaba la final del Benidorm Fest se está convirtiendo, ya por tradición, que se monte una batalla campal en redes, además de estar todo el mundo enfermo (en este caso me refiero a virus). Pero por la “maravillosa” red social X es meterse el domingo y acabar con el alma en los pies. Vale que te pueda gustar o no gustar una candidatura ¿Pero de verdad muchas personas leen antes de publicar ciertas publicaciones? Que he visto hasta desear la muerte… ¿¡Estamos locos o qué?!

Me quiero centrar en la gala antes de los resultados. Ayer una de las grandes ganadoras fue RTVE, nos ofreció para mi gusto la mejor final a nivel visual, de sonido, de puestas en escena, de presentadoras, de ritmo, de guion… Todo fue muy bueno, muy ameno y disfrutón.

¡Enhorabuena y que brille más en el 2026!

Teníamos una final muy abierta y varias canciones que contaban con muy buena materia prima para Basilea. Pero no todas desprendían el denominado “efecto lacito” dícese a esas candidaturas que son tan potentes en Benidorm, que podrían estar en Eurovisión listas a la semana siguiente. Pero teníamos muy buenas posibles ganadoras.

Y ahora me adentro de lleno en un jardín (lleno de espinas y rosas)… La ganadora.

Me siento muy triste, frustrado y sobre todo cohibido de abrirme a dar mi opinión, por miedo a insultos, sesgos o interpretar cosas que no están en estas líneas. La elección de «Esa Diva» me parece un paso atrás y la confirmación que en España seguimos año tras año en busca de la diva anual, con su pelo largo, con su ventilador, con su vestidito y sobre todo donde poco importe la canción mientras que haga un dancebreak impresionante.

Melody me parece un animal escénico, tiene un directo impresionante, arrollador, pero lo visto en el Benidorm Fest es demasiado hasta para ella. ¿Cuándo la preguntaron qué efectos quería para Eurovisión? Ella dijo sí. Podemos hacer una encuesta de todos los clichés de Eurovisión y si nos sale una lista de 15, ella llevó sobre el escenario 25.

Son tres minutos de pasar cosas, cambios de vestuarios, piruetas, que si sube para arriba, que si una vuelta, que si una nota imposible, fuegos artificiales, ventilador… Realmente es una sobreestimulación visual que no cuenta nada, que no es hilo conductor de nada y donde vemos el más por el más en su máxima expresión. ¿Una diva sencilla como un simple mortal? ¿Dónde está esa diva simple que yo la vea?

Melody es intensa por naturaleza, pero en sus conciertos llega a emocionar y lo hace sin mil estridencias y con un chorro vocal, sin necesidad de meter notas imposibles que las tenga que dar sentada o correr el riesgo de acabar gritando. Algo mucho más auténtico a lo visto.

¿Pero que esperamos con el equipo de productores que tiene detrás? Nos vendieron una apuesta española, de raíz, y si miramos los productores están Joy Deb, Peter Boström y Thomas G:sson, productores suecos que están todos los años con 5/6 canciones en el Melodifestivalen y en otras 5/6 preselecciones de Europa intentando presentar una entidad propia que hace algunos años quizás conseguirían, ahora no dejan de mandar canciones iguales unas a otras, inspiraciones que rayan el plagio, con la misma estructura, con los mismos clichés y metiendo ideas desfasadas y poco acertadas a los artistas en la cabeza.

Melody merecía estar con algo mejor, algo que la represente más como artista. «La Putikita» hubiera sacado a una Melody gamberra y divertida con un toque cañí, «El trato» nos trae una Melody sacando el potencial como baladista, que tiene mucho. Y podría poner mucha canciones que no son lo prefabricado que es «Esa Diva», es más, «Amante de la luna» representó toda su esencia sobre un escenario.

Prueba de ello es que estamos hablando ya de cambios de producción, cambios en la puesta en escena, “europeizar” la candidatura (sudores fríos). Y lo peor de todo es que en la rueda de prensa no he visto ambición alguna, se habla de hacer un buen trabajo y ya está, Melody sabe que no puede ganar, RTVE sabe que no puede ganar y lo peor es que sus fans más acérrimos no lo saben aún y una pantalla de móvil sirve de escudo para decir barbaridades.

Aquellos que su argumento más repetido es que a Melody la debíamos una victoria. Pero no me vale como argumento, porque sino ahora mismo Coral Segovia o Mirela se estarán preparando su canción para la edición de 2026, llena de clichés, de excesos y algo que grite eurovisiva en cada nota musical.

Y eso no te convierte en hater, no te convierte en alguien a quien insultar. Melody ganó por justicia, con una arrasada brutal de votación y eso no lo pongo en duda. Pero me vais a permitir que la canción no me guste como candidata para Eurovisión, como ganadora del Benidorm Fest y como una canción que marcará a una artistaza como es Melody.

Ese 40% de votos no solo pertenece a un sector eurofán ni mucho menos, Melody traía su público de casa que también suman y a eso le sumamos mucho voto por su nombre, por su trayectoria y por su historia. Estaba claro que iba a arrasar en el televoto. A fin de cuentas para el público que se sienta una vez al año frente a la televisión Melody trae lo que «se lleva» en Eurovisión.

Y ese es el gran problema de España con el Benidorm Fest, Chanel nos devolvió la gloria en Eurovisión, pero nos ha condenado a buscar una nueva Chanel año tras año, no solo en el Benidorm Fest, si no alguna hemos visto en el resto de Europa, alguna en Eurovisión incluso y no con muy buen resultado.

Podría afirmar que los dancebrake son la nueva pandemia en Europa.

Chanel cantó y bailó durante tres minutos, y sobre todo cantó mucho y bien, la escala que se marca después del dancebreak ¡Ojo! Por tanto, decir tan a la ligera año tras año “la nueva Chanel” es una falta de respeto a la propia artista, con gente que baila de muerte, pero que canta dos o tres notas y por supuesto sin demostrar ningún derroche vocal. Como puede ser el caso de Daniela Blasco.

Pero España año tras año busca su nueva diva, que sirve sus vestidos, sus peinados y sus maquillajes como si de la nueva Barbie se tratara, si encima pone cara de intensa a cámara mil puntos del televoto. Ahora mismo, yo soy un grupo de rock (por poner un ejemplo) y mis ganas de ir al Benidorm Fest serían pocas, salvo por buscar promoción.

Vale que no es todo el público así, que hay más variedad, pero son los más ruidosos, los que más se oyen y los que fomentan el estereotipo de que Eurovisión es un festival gay, de divas y ventiladores. Cuando año tras año, viendo Eurovisión se ve que no es así, cuando tenemos miles de estilos musicales. Y donde las candidaturas más típicas y tópicas son penalizadas y relegadas a la últimas posiciones.

Y no, en España tenemos eurofans heteros, tenemos a muchísimas chicas eurofanas, pero victorias como las de ayer, siguen fomentando esto. ¿Cuántas veces escuché hoy “era la más eurovisiva”, “es lo que se lleva en Eurovisión”? Antes lo debatía, ahora paso de perder mi energía.

En Eurovisión participan 37 países y no tienes por qué ir todos los años con España

Y todo lo engloba el enfoque del Benidorm Fest, un festival que nos vendieron como el motor de la música española, un festival de la música española y sintiéndolo muchísimo, de las 16 candidaturas de este año, poquitas podemos decir que son representativas de lo que se escucha hoy en día.

Si hablamos de preselección de Eurovisión, cumple a las mil maravillas, porque muchas puestas en escena este año se inspiran en las vistas en Eurovisión, tienen clichés eurovisivos… Y por consiguiente la originalidad y el riesgo no está presente.

Queremos parecernos a Suecia, pero creo que no es el camino, el Melodifestivalen es genérico, falto de riesgo y con canciones que se solapan una entre otra. Miremos a Portugal que se ha labrado un sonido propio, poco eurovisivo y están quedando estupendamente. Miremos a Sanremo y presentemos canciones muy diferentes entre ellas, pero todas son un éxito de ventas en el país, como el motor musical que es. No buscan las tendencias, lo que se presentan en el Festival es lo que marca la tendencia.

Que se vaya en la dirección de una preselección deluxe está bien, disfrutamos de un espectáculo visual que hemos deseado mucho tiempo atrás, pero me vais a permitir poner en duda una superviviencia a largo plazo.

No es matar el Benidorm Fest ya, ahora miso está muy vivo, es muy rentable económicamente, en audiencias arrasa. Ahora mismo es un producto que tiene continuidad. Pero pasados los años, si seguimos haciendo «eurovisivas» todas las canciones van a ser un pastche falto de personalidad, los resultados en Eurovisión no van a ser buenos y se quedará como un cortijo eurofán. Y veremos como a poco se puede ir desangrando hasta que cuando queramos revertir esa situación será imposible curar esa herida.

Es más, me lanzo a la piscina, si este año no se supera el puesto 15 (creo que no pido mucho), RTVE debería de dar una vuelta al equipo que lleva Eurovisión, porque serían dos bottoms seguidos en posición global, el tercero si contamos el último puesto de Blanca Paloma del jurado.

El comité de elección de canciones también debería de variar si no se consiguen resultados, no podemos adorar y permitir algo por conseguir un tercer puesto en Eurovisión, lo celebremos y estamos agradecidos por ello, pero una televisión como la nuestra no puede aspirar a quedar bien cada 20 años.

Y sobre todo espero que,si este año no se queda bien, miremos el top 5 de Eurovisión, miremos puestas en escena, estilos y reflexionemos un poco. El Eurovisión de ventilador y purpurina puede ser divertido para una fiesta o una lista de reproducción, pero está desfasado y condenando al recuerdo. España puede ofrecer muchísimo musicalmente.

Pero bueno, #SerEurofanNoEsFacil y todos tenemos visiones diferentes. Pasado los años veremos quién puede tener más razón o menos. Pero recordar que a todos nos sigue uniendo nuestra pasión por la música y por Eurovisión.

Ahora no queda más que apoyar a Melody, ella estará en Basilea, estoy seguro que trabajará al máximo, que va intentar dar todo de sí para brindarnos grandes actuaciones en este camino y que luchará por quedar bien. Que esos cambios que vienen sean para sumar y que pueda salvar los muebles. Se merece vivir estos meses siendo feliz y recordándolo como una de las mejores experiencias de su vida, que se sienta valiente y poderosa.