Columna de Opinión Eurovisión

Charlotte Perrelli: Más que una vieja gloria

El pasado sábado tuvo lugar la primera semifinal del Melodifestivalen 2017, una de las preselecciones más seguidas y aclamadas del entorno eurovisivo.

En esta semifinal había una gran cantidad de nombres conocidos, que bajo mi punto de vista, no se si es porque tenían antecedentes muy buenos, pero estuvo bastante flojilla, aunque no mal establecida.

Entre estos nombres se encontraba la famosa Charlotte Perrelli, la cual puede presumir de haber ganado el festival en el Siglo XX (bajo el pseudónimo Charlotte Nilsson) y de haber representado a Suecia en el siglo XXI (concretamente en el año 2008). En ambas ocasiones, Charlotte propuso canciones muy comerciales como fue el caso de “Take Me To Your Heaven” en el año 1999 y de “Hero” en el año 2008.

https://www.youtube.com/watch?v=ZzkxGlVznLQ

Sin embargo, a pesar de tener otras participaciones en el Melodifestivalen con el mismo sello comercial, anoche se presentó en escena radicalmente cambiada, con diferente peinado y una propuesta bastante más calmada y sencilla.

Su canción se tituló “Mitt Liv” donde Charlotte decidió probar suerte con el idioma nacional, abandonando el inglés e introduciendo su propuesta en sueco.

Perrelli se rodeo de magia sobre el escenario, infundada en un precioso conjunto negro y rodeada de humo y focos bajos de tonalidades azules.

Parece que todo ello no le fue suficiente, pues a pesar de interpretar el tema sin un solo error de afinación, la ganadora del certamen quedó en una séptima y última posición en la tabla de votaciones, todo un chasco para sus seguidores, y algún que otro seguidor del concurso.

Sin embargo, yo este resultado lo tenía más que planeado y previsto, pues considero que en anteriores presentaciones en el formato, ya se encontró con resultados similares. Además, es una artista que dejó el  listón demasiado alto para Suecia, y para superarlo lo va a tener complicado, porque el público independientemente de ser buena o mala propuesta, va a compararla con las anteriores, y creo que eso es lo que le ha pasado a Charlotte.

También considero que ha abogado por una balada sencilla para dar un giro radical y que no se la recuerde por la comercialidad o como muchos decís “el petardeo” , pero creo que ha cogido una canción muy radical en cuanto a lo que nos tiene acostumbrados, y que quizás la carencia de su esencia también le ha pasado factura, pues tendría que haber sido, quizás, un cambio menos marcado.

Así pues la luz de Charlotte sobre el escenario del Melodifestivalen 2017 se ha apagado, pero quien sabe si se volverá a encender en futuras ediciones… Ahora, siempre nos quedará la trayectoria de una vieja leyenda: Charlotte Perrelli.

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