El italiano Lucio Corsi quiere tocar la armónica en Eurovisión 2025, lo que supondría el primer instrumento en directo desde 1998

Al usar su propio micrófono para que se escuche el sonido en directo, el representante de Italia no incumpliría estrictamente ninguna regla del festival

La candidatura de Italia en Eurovisión 2025 no para de generar pequeñas polémicas. La primera de ella fue cuando el ganador de Sanremo, Olly, renunciaba a representar al país el próximo mes de mayo en Basilea, ciudad anfitriona de la presente edición de Eurovisión. Pero como bien es sabido, Sanremo no es una preselección para Eurovisión y su ganador puede aceptar o no ir a representar a Italia al concurso musical europeo.

Italia entonces cedía el testigo a Lucio Corsi, segundo clasificado en Sanremo, el cual, se mostraba encantando con la opción incluso antes de saber el resultado del festival Italiano. La canción con la que viajará a Basilea será «Volevo Essere Un Duro», propuesta con la que consiguió la medalla de plata en Sanremo.

Lucio Corsi quiere tocar la armónica en directo en Eurovisión 2025

Entre rumores y verdades, se puso sobre la mesa la intención del candidato italiano de llevar una armónica en directo de Eurovisión 2025. Y hace unos días, Lucio Corsi, acudía al programa italiano ‘Che tempo che fa’, donde fue preguntando por el tema candente del momento.

Facio Fazio, el presentador del programa fue directo y le preguntó que si la armónica iba a ser el único instrumento que iba a tocar en directo. El Lucio Corsi entre bromas contestó que «no lo digamos o me lo prohibirán». Pasando a afirmar en un tono más serio

«Inserto la armónica en el arreglo. Esto va al micrófono principal»

Lucio Corsi, representante de Italia en Eurovisión 2025

En sus conciertos es habitual que Lucio Corsi toque instrumentos en directo, ya que es un virtuoso de ellos. ¿El por qué de la armónica? Es porque siempre va con una, para él suena a Elwood Blues y el siempre a querido ser como él. Además elegir este instrumento para Eurovisión 2025 no es casualidad, porque usando su propio micrófono para que se escuche el sonido del instrumento en directo, estrictamente no incumple ninguna regla de Eurovisión.

¿Qué dice el reglamento de Eurovisión sobre los instrumentos tocados en directo?

Fue en Eurovisión 1999 cuando se vivió una auténtica revolución en el festival. Israel ejercía de anfitrión y la UER presentaba tres grandes cambios: el primero de ello, dejar libertad a la hora de elegir el idioma con el que cantar, aumentando las apuestas en inglés, nacía el Big 4 (Alemania, Francia, Reino Unido y España) con plaza siempre fija en final y por último, por razones presupuestarias la IBA (Autoridad de Radiodifusión de Israel) decide prescindir de la orquesta en directo.

Pero este argumento de falta de espacio y de presupuesto para una edición, supuso el final de la orquesta en vivo y de los instrumentos musicales en directo. Recogiendo actualmente este punto en su reglamento.

«No está permitido conectar instrumentos musicales para ser tocados en vivo en el escenario. El locutor organizador y el Supervisor Ejecutivo del Festival de Eurovisión deberán verificar el cumplimiento de esta norma«

Reglamento del Festival de Eurovisión

Atendiendo de manera estricta a los dicho por la UER la armónica no sería un instrumento que conectar, es un instrumento de viento que funciona a partir de las notas que se producen soplando por sus diferentes agujeros. Un pequeño vacío legal que Lucio Corsi podía aprovechar.

Además no haría falta un micrófono específico para escuchar el sonido, con el propio micrófono del artista al estar abierto podría reproducir tanto su voz como el que produciría el propio instrumento soplado por el artista. Donde por supuesto, estos arreglos de producción para Eurovisión no afectarían a la duración de la canción, que seguiría siendo de tres minutos, cumpliendo con las normas.

Por tanto, si finalmente la UER lo permite, Italia llevaría al escenario de Eurovisión un instrumento musical en directo 26 años después. Un hecho de lo más reseñable y que abre una nueva puerta en el festival.

La historia de la orquesta en Eurovisión

El primer festival de Eurovisión se celebró en 1956, con normas muy claras donde la canción se debía de interpretar en directo por un solista, en el idioma nativo del país y la música debía ser interpretada por una orquesta. Dejando la libertad de mandar o no, el país a su propio director de orquesta.

Los 70 empezaron a introducir ritmos más pop en las canciones y las orquestas debieron de adaptarse a estos ritmos y los arreglos necesarios. Un pequeño cambio se produce en 1971 donde se permiten ya más vocalistas sobre el escenario. Y en 1972 se produce una petición de lo más polémica para la época, Reino Unido y el grupo The New Seekers piden usar una pista pregrabada de las guitarras, argumentando que querían centrarse en su interpretación y en la voz, algo que se desestimó de manera clara.

Sin embargo, en 1973 se permiten pistas pregrabadas. Eso sí, siempre que en el escenario hubiera músicos tocando instrumentos en directo. Donde nuevamente Reino Unido es quien se aprovecha de ello y el archiconocido Cliff Richard hace uso de ello con el tema «Power to all our friends» y queda en tercera posición.

Este cambio abrió la puerta y en 1974 ABBA llegaban con una pista prácticamente pregrabada, con algún acompañamiento mínimo de orquesta (dirigida por un director disfrazado de Napoleón). El resultado es conocido por todos. Esto dio pie a numerosas actuaciones donde la pista pregrabada era el total de la actuación como los casos de Irlanda en 1995 y 1996 con los temas «Nocturne» y «The Voice» con mínimos arreglos orquestales.

Llegamos a una crisis de Eurovisión donde el público joven empieza a no conectar con el festival y se achaca a la orquesta, que lo hace algo pasado de moda. Donde en 1997 se permite participar ya con canciones con la pista pregrabada al completo, siendo Dana International en 1998 la que ganaría por primera vez sin orquesta y sin director de orquesta.

Por tanto, Macedonia del Norte con el tema «Ne Zori Zoro» interpretada por Vlado Janevski tiene el honor de ser la última canción de la historia de Eurovisión interpretada con orquesta en vivo y dirigida por un director: Aleksandar Džambazov. Donde solo pudo acabar en el puesto 19 de 26 países participantes.

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