Ucrania, un año más, se ve envuelta en la polémica y con la retirada de Alina, ganadora de la preselección, está en la búsqueda de un nuevo representante. Todo bajo la amenaza de la invasión rusa.
Desde que Alina se proclamó ganadora del Vidbir 2022, saltó la polémica: el grupo Orquesta Kalush aseguraba que había irregularidades en la votación y además se empezó a investigar a la ganadora por un acto que realizó en Crimea, el cual, en un principio parecía que cumplía con la legalidad ucraniana pero cada vez se fue complicando más.
Toda esta polémica generó que ayer, Alina, decidió retirarse de la carrera por Eurovisión, porque aún solo era la ganadora del Vidbir, preselección ucraniana, pero no había sido designada la representante del país para el próximo festival de Eurovisión. Siendo ella muy clara respecto a los actos que se estaban sucediendo “no quiere seguir formando parte de esta sucia historia”.
La UA:PBC aseguró que seguirían con la búsqueda del representante más adecuado para Eurovisión, y la primera propuesta formal de la televisión ucraniana ha sido para los segundos clasificados: Orqueta Kalush.
El grupo recibió en la final nacional 14 puntos, consiguiendo un segundo puesto final. De los 14 puntos conseguidos, 8 correspondían al televoto donde consiguieron la máxima puntuación y solo 6 puntos de los jueces.
Esta decisión se contempla en las bases del Vidbir, en el parrafo 3.4 de sus reglas lo deja claro:
en caso de que termine la relación entre el participante y la televisión pública, esta tiene derecho a decidir sobre el nombramiento de un representante para Ucrania entre los finalistas del concurso.
En el caso de que esta propuesta llegue a materializarse, ¿La televisión ucraniana permitirá que una discografía rusa, este detrás de su candidatura para Eurovisión? ¿Tendremos un tercer candidato? ¿O acabará todo en una retirada del país como ya sucedió en 2019?