El pasado sábado, Badajoz se convirtió en el epicentro de la celebración de la libertad y la diversidad sexual con la edición de Los Palom@s 2023. El festival logró congregar a una multitud entusiasta que llenó la alcazaba y el entorno de puerta de Palmas, alcanzando una asistencia masiva de aproximadamente 32.000 personas, según las estimaciones de la Policía Local y Fundación Triángulo.
El evento fue una muestra de apoyo y respuesta de la gente en un momento político y social crucial, como destacó la presidenta de Fundación Triángulo, Silvia Tostado. A pesar de las altas temperaturas, el público acudió en masa, igualando la afluencia récord del festival en 2019.
La alcazaba se vio atestada desde las ocho y media de la tarde, alcanzando rápidamente su capacidad máxima de 8.000 personas durante la actuación de Vicco. El acceso tuvo que ser temporalmente cerrado, pero pudo reabrirse quince minutos después. Por otro lado, en Entrepuentes, entre 23.000 y 25.000 personas se congregaron simultáneamente alrededor de las diez de la noche.
Uno de los aspectos destacados del festival fue la cuidada selección artística de esta edición, encabezada por artistas como Vicco, Agoney, La Mare y un grupo de DJs comprometidos con el colectivo LGTBI. La variedad musical ofrecida en el cartel fue bien recibida por el público, que apreció la diversidad de estilos y géneros.
Para la Fundación Triángulo, la asistencia masiva al festival va más allá del interés por los conciertos y la fiesta, sino que es un acto de reafirmación y resistencia en un contexto político y social desafiante. La entrada de la extrema derecha en el Parlamento extremeño fue motivo suficiente para que la comunidad LGTBI saliera a la calle y reivindicara su presencia y derechos.
El manifiesto de Los Palom@s 2023, presentado en un escenario con gran carga simbólica, dejó claro el compromiso y la determinación del colectivo LGTBI para no dar un paso atrás en la conquista de sus derechos. Raquel Palma, cantante y presentadora, interpretó la canción ‘Que vengan a por mí’, de María Peláez, mientras los organizadores y responsables del evento se mantenían en pie en el escenario, enviando un mensaje de unidad y resistencia frente a cualquier intento de retroceso.