Columna de Opinión Eurovisión

Reaccionando a Eurovisión 2021: España

Anoche Televisión Española celebró la gala ‘Destino Eurovisión’ para seleccionar la candidatura que nos representará en el festival de Eurovisión 2021.

El resultado de dicho evento fue prácticamente el esperado, dado que ‘Voy A Quedarme’ partía como la aparente favorita del público seguidor del certamen y finalmente consiguió la victoria en la final nacional.

SOBRE EL PROCESO DE SELECCIÓN

He de comenzar diciendo que todas las críticas que emita, las emito en un tono positivo o constructivo. Mi único deseo es poder contar con un proceso de selección a la altura de la gran potencia musical que somos, y el cual estamos aún bastante lejos de alcanzar.

Partiendo desde el principio, me parece que el proceso de selección ha sido una idea forzada, dado que entendería la emisión de una gala con un numero sólido de canciones o con un proceso de eliminación previo como Israel (el cual no puedo poner como ejemplo porque también dejó bastante que desear como planteamiento).

Hubiese sido más entendible una elección interna, ya que hacer decidir al público entre dos únicas opciones deja a entender que la cadena no está muy segura de sus candidaturas, o que televisión y equipo del artista no estarían cooperando de manera unida.

Una vez comprendemos que la base de la torre no es la más sólida y cimentada de las posibles, he de romper una lanza a favor del equipo de Blas Cantó, dado que considero que las dos canciones tenían un buen nivel de producción y que encajaban en el estilo musical y las letras a las que Blas nos tiene acostumbrados. Por ello, estoy contento de que el artista haya podido ser escuchado en torno a sus necesidades, dado que al final es el que tiene que sentirse seguro y conforme con la canción que concursará en el certamen.

La preselección ha estado llena de polémicas, la primera de ellas surgida hace unos días, donde se publicaron unas normas de votación en las que no aparecía especificado nada del voto online, que finalmente si fue tenido en cuenta durante la gala de ayer. Una entidad pública ha de mostrar total claridad en cuanto a sus normas, sobre todo en las que entran en juego la opinión popular y el dinero del espectador.

La segunda polémica tuvo lugar con el escenario de la competencia, donde hemos de ser objetivos y admitir que ha tenido una gran evolución a favor, desde la publicación de las primeras imágenes, hasta la publicación de los ensayos. Es muy curioso como un mismo escenario puede cambiar tanto simplemente por la dirección artística de un profesional como el escenógrafo austriaco Marvin Dietmann.

primeras imágenes
resultado final

La polémica se agravó cuando determinadas personas que trabajan junto a la cadena pública comenzaron a comparar el escenario de España con el de los países nórdicos, algo que cualquier persona con sentido común sería incapaz de comparar, debido a que las comparaciones son odiosas, sobre todo cuando son innecesarias y dejan a la vista un trabajo muy inferior al de otras televisiones con menor presupuesto.

UMK – Finlandia
Melodifestivalen – Suecia

El sonido de la gala fue bastante cuestionable, dado que los espectadores desde casa pudimos comprobar que el audio no dotaba de la mejor calidad posible, y esto pudo tener serias consecuencias en los propios artistas, dado que si desde casa se notaban desajustes de sonido, en directo no me lo quiero imaginar.

La duración de la gala fue excesiva. 120 minutos de show para dos únicas canciones, que además ya habían sido interpretadas a los 20 minutos del comienzo de la gala, hace del espectáculo un evento monótono y pesado, además de carente de interés hasta la publicación de los resultados casi dos horas después.

La cúspide de los colmos tuvo lugar durante la apertura de líneas de votación, donde hubo un desencadenante de actitudes inexplicables, como el intercambio de los número de votación respecto al orden de actuación de la gala (mostrada en la primera foto), o en la alternancia e incertidumbre vivida durante los recap, donde aparecía el mismo número telefónico en la rotulación de ambas candidaturas.

RTVE
RTVE
RTVE

Me entristece mucho ver una gala en semejantes condiciones, dado que Televisión Española ha demostrado en diversas ocasiones que es capaz de albergar grandes eventos con un buen nivel de calidad de producción y redacción. Como es comprensible, la gala no convenció a la audiencia y se consolidó como la final nacional con menos espectadores en los últimos 20 años, datando un 6,1% de cuota de pantalla y 969.000 espectadores.

Espero que este dato sirva como punto de inflexión y a partir de esta temporada se intenten mejorar estos resultados de audiencia mediante el planteamiento de galas más dinámicas y mejor elaboradas, sobre todo cuando Eurovisión es el evento no deportivo que mejores beneficios reporta a la televisión pública nacional.

SOBRE EL RESULTADO

La decisión de la audiencia fue el esperado, dado que Voy A Quedarme‘ fue desde el principio la candidatura con mejor acogida por el público español, y por consecuente su victoria entraba dentro de los pronósticos.

No obstante, durante la gala hubo una fuerte tendencia hacia la otra candidatura. Tras las dos actuaciones, ‘Memoria‘ pasó de contar con el 28% de los votos, a acumular en tan solo dos horas el 42% del apoyo popular acumulado. Esto quiere decir que durante la gala convenció más el up-tempo que la balada.

Porcentajes iniciales
Porcentajes finales

SOBRE LA CANCIÓN

Entre las dos propuestas presentadas, era mi clara favorita. A mí como composición consigue llegarme a la fibra del alma, aunque como conjunto no me parece excesivamente competitiva para una competición internacional.

La introducción del tema a capella es todo un acierto, capaz de captar la atención de aquellos despistados y concentrados en el show a través de un registro vocal muy particular. La capacidad vocal y la emotividad de los falsetes de Blas Cantó no es muy frecuente entre los artistas masculinos. Además, nos adentra en una balada profunda mediante unos segundos de emoción.

Quiero hacer una pequeña observación en que me gustaría que estos planos tan íntimos, cercanos y variados de los primeros segundos de la canción, se mantuviesen en la puesta en escena final. Son preciosos y no estamos acostumbrados a ver semejante elaboración de realización en las candidaturas españolas.

Tras este primer fragmento sin música, podemos ver como se introduce la estrofa previa al estribillo, con un fondo apagado y rodeado de lucecitas que simulan estrellas, mientras un piano nos induce hacia una breve evolución del instrumental que comienza a romper en el estribillo.

Los planos son acertados, dado que muestran una realización dotada de giros cargados de lentitud, hacia un escenario abierto y estructurado sobre nieblas bajas y un solo foco apuntando a Blas, cuya voz es la verdadera protagonista hasta el momento.

El nexo hacia la segunda estrofa podría ser muy potente si se precisa de una mejor elaboración escénica, donde un destello bañado en tonalidades plateadas y blancas bañasen de lleno y con potencia el escenario.

Es precioso sentir como una luna de fondo puede ser tan recreativa de una entidad incorpórea a la cual el cantante le dedica unas palabras tan bonitas como ‘Yo de tu lado no me voy, voy a quedarme‘. De cara a Eurovisión podrían plantearse jugar con este mensaje mediante hologramas y recreaciones virtuales, dado que son un foco claro para la transmisión de un mensaje que el público ‘no-hispano’ podría llegar a interpretar con mayor facilidad.

La segunda mitad de la canción se ve potenciada por unos coros que arropan la portentosa voz de Blas y en un éxtasis instrumental que culmina en el gran puente del final. El escenario intensifica todas las luces y Blas interpreta la última frase de la misma manera que la primera, sin música, recreando un ciclo cerrado y totalmente redondo.

Si de cara a mayo se perfecciona una puesta en escena efectista en base a la sencillez, podríamos estar hablando de la salida de España de este profundo bottom en el que llevamos sumergidos seis años.

LETRA

Quédate esta noche para ver amanecer
Para sentir tu voz acariciándome
Quédate un segundo más
No hay nada que perder
Mientras dibujo un mar
De memorias en tu piel

He bajado el cielo para descubrir
Que se esconde en tu mirada
Solo a unos centímetros de mi

Voy a quedarme y prometo
Quererte más que ayer
Voy a besarte muy lento
Como la primera vez
Y dejar atrás el miedo
Con tu alma entre mis dedos quédate
Porque yo voy a quedarme

Se que hay muchos como yo
Con tanto que ofrecer
Pero juro que este amor
Nadie lo podrá vencer
Y aunque nuestro baile diera

Un paso marcha atrás
No te preocupes yo
Contigo siempre bailaré

Qué más da si el mundo se derrumba hoy
O que pasará mañana
Que yo de tu lado no me voy

Voy a quedarme y prometo
Quererte más que ayer
Voy a besarte muy lento
Como la primera vez
Y dejar atrás el miedo
Con tu alma entre mis dedos quédate
Porque yo voy a quedarme

A tu lado aunque nos tiemble el suelo
Se apague el sol, se caiga el cielo
A tan solo unos centímetros los dos

Y dejar atrás el miedo
Con tu alma entre mis dedos quédate
Porque yo voy a quedarme

Aquellos que conocemos el verdadero trasfondo de ‘Voy A Quedarme’ (porque Blas lo ha hecho público), dotamos de una información que en mi caso, no puedo valorar de manera objetiva.

La experiencia de haber perdido a un padre es muy dolorosa, y Blas compuso esta canción justo después de la muerte de su padre en 2020. Además, la carga contextual se agrava cuando conocemos que la grabó mientras pasaba y vivía los últimos momentos de la vida de su abuela, fallecida también el año pasado.

Los sentimientos que debe de tener Blas cada vez que canta esta canción y se la dedica a esas estrellas propias de su vida personal debe de ser indescriptible, y más teniendo en cuenta el poco tiempo que hace de los acontecimientos. Por ello, puede contar con el doble filo de la emoción y el sentimiento.

Desde la elección de ‘Voy A Quedarme’, España no ha experimentado grandes cambios en torno a las casas de apuestas de Eurovisión 2021. Aunque la opinión genérica no sea muy alentadora a la victoria, yo soñaré con una posible remontada de cara al festival y a la escenografía final de la candidatura.

Concluido mi artículo de opinión solo me queda desearle suerte a la delegación española (al igual que lo haré con el resto de participantes). Ojalá su rendimiento en la presente edición sea más eficiente que la vista hasta el momento y pueda cosechar el mejor resultado desde 2015 en adelante.