Columna de Opinión Eurovisión

Reaccionando a Eurovisión 2020: Israel

La temporada de preselecciones y anuncios oficiales para el festival de Eurovisión 2020 ha finalizado y cada país participante ha publicando sus candidaturas para el certamen musical más seguido de Europa.

Uno de los últimos países en seleccionar su candidatura ha sido Israel, el cual ha decidido modificar el método que lleva utilizando seis años para que el público pudiese decidir en la elección su canción en Eurovisión. La cantante ha sido seleccionada mediante el programa ‘Hakokhav Haba L’Eurovizion’, un concurso con el cual no estoy muy a favor puesto que eligen solamente una voz y Eurovisión no es un concurso de voces sino de canciones. No obstante este concurso tiene algo positivo y es que da la oportunidad a artistas desconocidos de darse a conocer y adquirir experiencia sobre los escenarios y los platós.

Sin embargo, este año la canción no ha sido escogida de manera interna sino que se ha puesto a disposición de la audiencia y de un jurado de expertos profesionales. Pienso que Israel ha respetado la esencia de los artistas durante estos cinco años, pero me parece mucho mejor que se haya respetado esa esencia y a la vez se haya dado la oportunidad al público de escoger su candidatura. Su final nacional ha sido para mí la mejor a nivel de calidad y producción de toda la pre-temporada y me encantaría ver como evoluciona este formato con los años, aunque todo apunta a que el año que viene cambiarán el mecanismo.

La ganadora resultó ser la canción ‘Feker Libi‘ con la cual Eden Alene representará a Israel en Eurovisión 2020.

He de comenzar diciendo que la canción ganadora no era mi favorita, sino que ‘Rakata‘ o ‘Roots‘ me parecían apuestas más arriesgadas, pero ‘Feker Libi‘ me gusta mucho y creo que puede aspirar a una gran posición en Róterdam. Casualmente la canción está compuesta por Doron Medalie e Idan Raichel, siendo el primero de ellos el compositor de ‘Toy‘ y creo que es un factor que quizás haya podido influir en la decisión de la audiencia. Ojalá todos los países fueran capaces de decir que todas y cada una de las canciones participantes en su final nacional aportan calidad, novedad, esencia y aspirarían a un buen puesto en Eurovisión. Doy mi enhorabuena a la delegación israelí por el desarrollo de este aspecto.

Antes de comenzar a comentar la propuesta ganadora he de agradecer también a Eden Alene la gran profesionalidad con la que ha defendido todas las candidaturas, dando el 100% del rendimiento en cada escenografía, nota y canción. Ha demostrado ser una gran artista. Además me ha sorprendido lo idénticas que suenan las versiones estudio de los directos.

‘Feker Libi’ me parece una canción que engloba y defiende la integración y la pluricultura, puesto que contiene hasta 4 idiomas, el inglés, el hebreo, el árabe y el amhárico, una de las lenguas minoritarias de Etiopía a cuya comunidad pertenece la cantante. Esto supone una lección de tolerancia y aceptación acorde al lema de la presente edición del festival ‘Open Up’.

Además de las múltiples lenguas de la canción, esta dota de sonidos africanos que defienden los orígenes de ascendencia de la cantante además de poseer esencia israelí, motivo por los cuales también considero que pudo hacerse con más del 50% de los votos de la audiencia.

La canción comienza de una manera calmada envolviéndonos con los refrescantes sonidos de la Kalimba, la cual lleva a la canción hasta la primera estrofa introducida por unos potentes coros y unos pequeños efectos de realización que espero que mantengan de cara a Róterdam porque me han hecho despertar muchas emociones.

Los estribillos son introducidos por unas palabras en amhárico, y dotan de sonidos árabes tan comerciales como radiofónicos sin perder la esencia nacional. La segunda estrofa es introducida por los mismos coros que la primera y la estructura de la canción se repite hasta el final del segundo estribillo donde nos sorprenden con un potente instrumental que combina la cultura musical africana e israelí de la manera más limpia que pudiese imaginar.

Me gustaría que se adaptara el concepto escénico de la final nacional al escenario de Eurovisión, ensayando más los movimientos de origen africano e interactuando tanto con los bailarines como con las coristas, los cuales aportan energía y frescura vestidos con tonalidades vivas y cargadas de color.

Deseo a la delegación israelí la mejor de las suertes en el festival de Eurovisión y creo que podría destacar bastante en la primera semifinal, en la cual compite con gran cantidad de baladas. ¡Ánimo!