La temporada de preselecciones y anuncios oficiales para el festival de Eurovisión 2020 continúa y es el momento en el de que cada país participante va publicando sus candidaturas para el certamen musical más seguido de Europa.
Uno de los últimos países en presentar su candidatura ha sido Grecia, la cual ha vuelto a optar por seleccionar su candidatura de manera interna. Considero que Grecia está bastante perdida en la actualidad del festival puesto que a pesar de que están enviando canciones con esencia propia y buena producción no están obteniendo los resultados que se merecen o esperan. Estos malos resultados (en mi opinión) se deben a una falta de interés de la cadena en hacer un buen pack, dado que la mayoría de sus candidaturas fallan en su directo vocal o en las puestas en escena, lo cual lamentablemente hacen más presión sobre el espectador que las propias canciones en muchas ocasiones.
La candidata seleccionada por la emisora helénica ha sido Stefania Liberakakis con la canción ‘Superg!rl‘.
Me alegré cuando escuché que Stefanía representaría a Grecia en Eurovisión 2020 puesto que yo la sigo desde su participación en el festival Junior en 2016 como integrante del trío Kisses. Ese año Países Bajos era una de mis candidaturas favoritas y creo que no obtuvieron el apoyo suficiente que merecían
Ahora Stefanía volverá en solitario a representar a su otro país de ascendencia, Grecia. He de decir que esta canción ha tenido lo que yo considero un ‘efecto ola’ generalizado, puesto que en el momento en el que salió dio la sensación de encantar a la gente por la ausencia de canciones bailables (como cuando una ola crece próxima a la orilla), pero conforme han ido pasando los días se les ha ido desinflando (como cuando la ola rompe en la arena). A mí me sigue gustando pero comentaré tanto puntos que me gustan como aspectos en los que me flaquea.
Comenzaré comentando lo bueno, dado que me gusta ver como Grecia quiere actualizarse mandando un registro actual pero volviendo a recuperar de manera simultánea esos sonidos étnicos que siempre le han caracterizado. El instrumental posee una evolución notable y esos sonidos caucásicos-mediterráneos hacen que sea una candidatura muy atractiva para la gente que apuesta por la esencia nacional de los países participantes.
Sin embargo, hay aspectos en los cuales me esperaba que me sorprendiese más, puesto que las estrofas se me quedan a medio gas y no termina de explotar la canción en mí. Tiene esencia nacional, pero no tiene demasiada esencia personal puesto que si le quitas el instrumental étnico es una canción básica, de las que gustan pero no sorprenden.
La candidatura hubiese destacado mucho más si contase con un vídeo de presentación con mayor presupuesto o mayor elaboración dado que aparentemente da la sensación de estar viendo un videoclip de principios de siglo que en muchos momentos te hace estar más pendiente de la historia que de la propia canción. La historia es importante, pero debe de ser un acompañante de la melodía, no la protagonista.
También hay que sacar el lado positivo de los factores negativos, ahora Grecia tiene una oportunidad de oro para desarrollar un concepto escénico sorprendente y novedoso enfatizado con una realización dinámica y potencial para sorprender al público en la recta final del concurso y conseguir una buena posición. No sería la primera vez que esto ocurre en el festival, ni espero que sea la última. Quizás trabajen en un entorno de efectos especiales y hologramas para simular los trucos y la magia sobre el escenario de Eurovisión.
Stefania tiene un buen directo vocal y posee un carisma capaz de llenar el escenario sin ningún apoyo escénico, motivo en el cual me aporta bastante tranquilidad emocional y mucha expectación a la hora de pensar en su directo.
Deseo la mejor de las suertes a la delegación griega en el festival dado que si son capaces de desarrollar un pack visual y destacado obtendrán un buen resultado, pero si por el contrario siguen la misma tendencia de los últimos años peligrará su pase a la gran final.