Llevamos desde el pasado mes de diciembre con las canciones fuera del Benidorm Fest, las 16 canciones se han podido escuchar por cualquier persona a nivel mundial y ahí «Zorra» empezó a destacar. Es más, llegó a la final del Festival español en un buen momento, porque lideraba las escuchas con casi dos millones de reproducciones.
Y para sorpresa de todos, España el sábado se confesó zorrista, ganando jurado (nacional e internacional) y sobre todo el televoto. Era nuestra representante para el próximo mayo en Eurovisión y a partir de ese momento todo hace ¡Boom! ella ganó y claro… Cuando consigo lo que quiero (zorra, zorra), jamás es porque lo merezco (zorra, zorra). Y aunque me esté comiendo el mundo, no se valora ni un segundo.
Hemos elegido algo que se sale de los moldes de lo “eurovivo” (Luna Ki – voy a morir), ya sé que no soy quien tú quieres, entiendo que te desespere. Y desde ese momento «Zorra» está sonando en los supermercados, la canta tu vecina, en la cola del paro, la escucha el mileurista…
Produciéndose un debate que para mí no tiene cabida, la canción no tiene dobles sentidos, no tiene frases que interpretar, no tiene nada que justificar, no hila fino, ella es directa, ella está cantando un himno feminista, repito FEMINISTA y voy a salir a la calle a gritar lo que siento a los cuatro vientos. Se apodera del insulto contra el abuso, es de primero de manual antibuying.
Hemos leído que habla de “follar”, de llamar “puta”, la oveja negra, hasta acusarla de la muerte de la lírica y la poesía que nos brindaba Don Tenorio (hablo de Juan no de Manu por cierto). Y todos esas interpretaciones mis queridas ¿Están aquí con nosotros? porque su ignorancia y ganas de conseguir un momento de gloria las veo presentísimas. Subiéndose a un carro de críticas que todos tienen el mismo patrón, el olor a trastero cerrado y de ponerse cara el sol, para no ver el significado real de «Zorra» les nubla la vista.
María Bas viene a poner el coño puño sobre la mesa, a revindicar que las mujeres por encima de los cuarenta años pueden triunfar, pueden ser super estrellas, pueden VIVIR y DISFRUTAR y más en un concurso como Eurovisión o en la industria musical, cada vez con artistas más jóvenes, rozando la mayoría de edad la mayoría de ellos, con carreras que parecen prometedoras y que pasados los dos/tres años forman parte de la Nebulossa de estrellas caídas, que pasan al olvido. Pero a pesar de todo, como ella lo dice Yo soy una mujer real que si salgo sola, soy la zorra, si me divierto, la más zorra, si alargo y se me hace de día, soy más zorra todavía.
Basta de juzgar a las mujeres con una vara de medir diferente a los hombres, basta de hacerlas sentirse fracasadas si están solas, basta de ponerlas fecha de caducidad por su edad, basta de juzgar un pasado que debora y penalizarlas si quieren reivindicar que están empoderadas, que se han reconstruido por dentro para brillar como lo hace ahora María, o como lo hacen muchas más.
Y sobre todo, como muchas lo harán animadas por este canto feminista a la libertad.
«Zorra» es un reseteo cultural, una reapropiación de un insulto machista de nuestro lenguaje (como tantos), porque ahora cuando alguien te llame ¡Zorra! la respuesta es clara, soy una zorra, pero una zorra de postal.
Las mujeres ya no son zorras, han pasado de zorra a chacal y quien no quiera ver este mensaje en «Zorra» tengo claro cual es mi consejo:
CAMBIAR POR TI ME DA PEREZA