El festival de Eurovisión Junior va cobrando forma y las diferentes delegaciones comienzan a publicar o escoger las canciones que les representarán en Polonia el próximo mes de noviembre.
Los Países Bajos ha celebrado anoche la final del Junior Songfestival 2019, la tradicional preselección que escoge al representante neerlandés en el festival infantil cada año. La gala estuvo formada por 4 aspirantes y el ganador fue seleccionado por el computo de un jurado adulto, un jurado infantil y el público al 33’33% de la decisión.
Me encanta que los países tengan en cuenta tanto la opinión infantil que se guía por los sentimientos y las emociones de sus propias influencias, como por un jurado adulto con criterio formado y experiencia. Por supuesto la opinión del público es la más importante. No obstante, me gustaría que el público tuviese el 50% de la decisión y el jurado en su totalidad el otro 50%, pero estoy muy satisfecho con este tipo de procedimientos de votación.
Matheu se proclamó ganador con las máximas puntuaciones de las tres partes votantes y representará a los Países Bajos en el festival de Eurovisión Junior 2019 con la canción “Dans Met Jou“.
El Junior Songfestival es esa preselección que nunca innova a nivel musical y es totalmente predecible el tipo de canciones que va a tener, uno o dos grupos, una canción bailable y una balada que se puede interpretar a piano. A pesar de ser predecible y carecer de innovación, las canciones suelen estar bien producidas y tienen esencia infantil.
Para mí, Matheu presentaba la mejor propuesta, una canción bailable que los niños y no tan niños podamos bailar y disfrutar, con esencia infantil y cargado de color. No obstante opino que acabará rondando el Top10 y no conseguirá mejorar sus últimas posiciones de manera abrumadora, ya que no deja de ser la misma candidatura de siempre con producción sueca y radio fórmula.
Me gusta que los niños se vuelquen tanto en la puesta en escena, sobre todo cuando se trata de canciones tan rítmicas y aceleradas. Matheu disfruta sobre el escenario, y desde el primer momento transmite ese optimismo y energía que caracteriza su canción. A veces vive tanto la experiencia que acaba ahogándose en las estrofas y sobre todo en los puentes y es algo que debería de mejorar de cara al próximo mes de noviembre.
La puesta en escena es acertada, simple pero efectiva, cargada de color y sobre todo acompañado por un grupo de baile que ameniza la realización y llena los huecos del escenario. El vestuario transmite luz y color también, todo muy acorde al festival y a su candidatura.
Deseo la mejor de las suertes a la delegación holandesa en el festival de Eurovisión Junior, se nota que cuidan el formato hasta tal punto que ya han abierto el plazo de recepción de candidaturas para Eurovisión Junior 2020. ¡A por todas!