Columna de Opinión Eurovisión

Reaccionando a Eurovisión 2020: Francia

La temporada de preselecciones y anuncios oficiales para el festival de Eurovisión 2020 ha comenzado y es el momento en el de que cada país participante va publicando sus candidaturas para el certamen musical más seguido de Europa.

Uno de los últimos países en hacer pública su candidatura ha sido Francia, la cual ha decidido cancelar su preselección para escoger a su representante a través de una elección interna.

Entiendo la decisión de la cadena francesa puesto que estaban obteniendo resultados similares con el ‘Destination Eurovision’ que con anteriores candidaturas como Alma, y la cuota de pantalla que les daba era bastante escasa. No obstante me entristece ver como una de las preselecciones que mejor nivel tenían se cancelan.

Considero que Francia se dejaba llevar bastante más por el mensaje que por las canciones en sí, pero para mí el ‘Destination Eurovision’ ha dejado propuestas con mucha esencia nacional, baladas puramente francesas, canciones con desparpajo parisino y un amplio abanico de artistas y candidaturas que podrían haber servido al país grandes resultados en futuras ediciones, pero no han sabido tener paciencia para explotarlos con tranquilidad.

Francia ha seleccionado a Tom Leeb como el próximo abanderado del país en el festival de Eurovisión. El cantante, actor y humorista acudirá a Róterdam con la canción ‘The Best In Me’.

https://www.facebook.com/EurovisionFrance/videos/480921939242729/

La presentación de la canción me parece la más asombrosa y bella que he visto nunca. Ver al representante francés cantando desde lo alto de la Torre Eiffel, uno de los monumentos más simbólicos del planeta y más representativos de la cultura gala, me erizó los bellos y me emocionó. Ojalá fuese un punto de partida para las próximas candidaturas del país en el festival y no solo una anécdota. Las luces intimistas rodeando al artista en lo alto de la capital francesa, en una Torre Eiffel iluminada con toda la ciudad de fondo representa un punto de fuerza y unión para un pueblo que durante los últimos meses ha sufrido varios ataques a su cultura, admiro la iniciativa de la televisión francesa y recordaré siempre este momento como uno de los más emocionantes de mi vida como seguidor del festival de Eurovisión.

Sin embargo la canción creo que tiene puntos de bastante flaqueza. Es una balada preciosa que me agrada mucho de escuchar, pero carece de toda esencia francesa. Yo hubiese apostado por una mayor instrumentación sinfónica y un quebrado más tradicional francés, además suprimiría el estribillo anglosajón y haría de la balada una propuesta interpretada íntegramente en francés. Está reflejado que el mensaje puede llegar a emocionarnos sin necesidad de ser cantado en inglés y creo que no podrían haberlo transmitido de mejor forma que mediante un monumento tan simbólico y quizás el más preciado por los propios franceses.

La canción dota de unas estrofas muy bonitas que van acorde a la voz tranquila y suave del cantante, el cual en ningún momento abusa de las notas y ofrece una propuesta agradable para los oídos. A pesar de ello el estribillo ni destaca ni explota y hace que la balada se me haga demasiado plana. Le falta emoción, le falta instrumental y le falta un elemento sonoro representativo que la diferencie de las baladas de otros países, porque si a esta canción le quitas el idioma podría representar a cualquier otro país europeo.

Creo que Francia se ha dejado llevar más por los compositores que por la canción dado que los autores son nombres bastante frecuentes en el mundo eurovisivo como Thomas G:son, Peter Boström y el representante sueco en Eurovisión 2019 John Lundvik. Admiro mucho el trabajo de todo compositor, pero considero que Francia es una potencia musical muy fuerte a nivel internacional y debería dar la oportunidad a compositores nacionales para un evento con tanto impacto mundial, como hacen otros países como Italia o la propia Suecia.

Ahora se deben de centrar en la puesta en escena dado que es uno de los mayores puntos de inflexión en la delegación francesa. Es habitual ver en ellos puestas en escena correctas, poco arriesgadas y muy planas, sin incorporar efectos ni acompañantes. Creo que en este aspecto se ha sembrado una semillita el año pasado, logrando recrear sobre el escenario el mensaje de fuerza y superación de la canción de Bilal. Espero que siga el mismo camino y sepa reflejar este gran mensaje que estoy seguro que será muy importante para la ciudadanía francesa y sobre todo la parisina en momentos tan delicados como los actuales, logrando hacer de Eurovisión un concurso acogedor pero global.

Francia tiene este año un gran reto escenográfico puesto que parte de la mejor promoción y del mejor escenario que se podría imaginar, la Torre Eiffel, y ahora tiene que mantener esa emoción y esa elegancia en su puesta en escena. Es una gran ventaja pero también una gran adversidad.

Deseo la mejor de las suertes a la delegación francesa en Róterdam y que mínimo mantengan los resultados cosechados durante los últimos cuatro años.