Este sábado Sevilla ha vibrado al ritmo de María Escarmiento y su electrizante Tour iCandy. La Sala Supra se ha llenado de fans volcados en corear cada canción y sentir de cerca la energía de una de las artistas más prometedoras del panorama actual. Y vaya si cumplió.
Desde que la artista subió al escenario, María demostró que ha nacido para estar en ese lugar. María Escarmiento abre siempre acompañada de DJ, con «Dónde fue nuestro amor», un tema cargado de melancolía pero que ha sintió como una declaración poderosa al inicio del show. A medida que la noche avanzaba, su repertorio se convertía en una mezcla impecable de emotividad y fiesta desenfrenada, con temas como «LLORABA TANT0» marcando los momentos más introspectivos, mientras que «PREFIERO», su colaboración con Natalia Lacunza, y «QUIERO VERLO TODO AZUL» arrancaron ovaciones que se hicieron sentir en cada rincón de la sala.
Uno de los puntos más épicos fue su reinterpretación de «Voy en un coche»de Christina Rosenvinge, un guiño a su pasado y a sus inicios en la escena musical de la mano de Operación Triunfo. Y claro, no faltaron las sorpresas, gracias en gran parte a la presencia de canciones no solo de su último álbum, sino también de trabajos anteriores, como «SENSACIÓN DE CALOR», con la presencia de Fran Laoren o «COSAS DE BRUJAS». De repente, el concierto se sintió como una fiesta colectiva, con todos cantando al unísono «MEJORES QUE AYER» y dejando claro que María sabe cómo convertir cualquier espacio en su mundo.
La artista también demostró su lado más gamberro y divertido con algún que otro cover inesperado, como «Mis ojos lloran por ti» de Big Boy, que desató el descontrol entre el público. Entre canciones, María interactuó de forma cercana con sus fans, compartiendo anécdotas, como que había estado la última vez en Sevilla viendo a Estopa, y asegurándose de que todos sintieran que eran parte de algo especial.
El gran final fue una explosiva combinación con temas como «Pretty girl swag» o «PUEDES CONTAR CONMIGO», su reconocidísima versión del tema de La Oreja de Van Gogh, que encapsulan la esencia de esta gira: una mezcla de nostalgia, modernismo y puro disfrute.
En definitiva, María Escarmiento logró algo que no todos pueden: transformar una noche de sábado en un recuerdo imborrable. La Sala Supra fue el epicentro de una energía que solo puede describirse como única, y su público, una multitud joven y vibrante, respondió con una pasión que demuestra que la música de María no solo se escucha, sino que también se vive.